Esta es una campaña electoral rara (ya sé, no es un comentario muy original). Pero mi intención es ser más preciso: se encuentra apasionamiento – hasta odio – en los foros de Internet, en las cadenas de mails, pero se percibe que están reflejando a un sector muy pequeño de la sociedad, los politizados, los que se perciben agredidos u ofendidos por las políticas del gobierno o – del otro lado – los que ven en la oposición el “huevo de la serpiente” de la reacción. La gran mayoría de los argentinos no manifiesta emociones intensas – en contra o a favor – cuando habla sobre a quién va a votar. Quienes elegirán a Cristina Kirchner – lo muestran los trabajos de Artemio López, de Julio Aurelio, en realidad de todos los encuestadores, los que paga el oficialismo y los otros – en un amplio porcentaje quieren preservar una situación económica que, aunque no la sientan muy satisfactoria, la perciben mucho mejor que años atrás. Los que eligen otros candidatos, sin entusiasmarse con ellos en su mayoría - también según esos mismos estudios - quieren poner un freno a lo que ven como excesivo poder del matrimonio Kirchner. Esto sucede a pesar de que al mismo tiempo, en la Argentina avanza incontenible la “revolución de la soja”, que está transformando su territorio y su demografía. Que las reservas conocidas de petróleo disminuyen mientras aumenta de precio en el mercado mundial. Que la explotación minera, después de décadas de inmovilismo está creciendo en todo el país, junto con los cuestionamientos a los términos de las concesiones y las denuncias de daño ambiental. Los candidatos con mayores chances – según las encuestas – no hablan de estos temas. Los partidos políticos tradicionales están destruidos (no que – seamos sinceros – tenían antecedentes de estudiar estos temas). La izquierda – que los menciona – continúa enfrascada en sus peleas de capilla. Y aunque Pino Solanas levanta banderas comprometidas, uno siente que sus votos son testimoniales (lo que no está mal, pero muestra una cierta indiferencia de la sociedad con esas propuestas políticas). Pero es un error pensar que los argentinos están indiferentes frente a la problemática de los recursos naturales, por ejemplo, simplemente porque han perdido fe en la política (o en los políticos). Esa revolución de la soja, por ejemplo, fue llevada adelante por una nueva clase de empresarios agrarios, con muy pocos lazos con los viejos propietarios de la tierra. La lucha contra las explotaciones mineras que se perciben como agresivas al medio ambiente es encabezada por las mismas comunidades afectadas, a menudo contra sus gobiernos provinciales. Y – aunque yo considero que los cortes de ruta al Uruguay han sido un error político que ha unido a la mayoría de los orientales detrás de las pasteras – tengo que reconocer que la lucha de Gualeguaychú ha sido un hecho espontáneo y de gran importancia. Por eso retomo ahora estos temas – y trataré que “El hijo de Reco” sirva de caja de resonancia. Porque la defensa y el uso de los recursos naturales es uno de los temas fundamentales para quienes se interesan por la economía, la política internacional o por el destino de los países en que viven y van a vivir sus hijos (a los de esta última categoría se los solía llamar “patriotas”). También es cierto que los que se pronuncian desde el campo nacional muchas veces escriben como si la convicción fuera sustituto de los datos y del análisis, como si la ideología y el sentimiento reemplazaran al poder estatal. Por eso subo este trabajo del Lic. Gustavo Lahoud, investigador en temas energéticos y de recursos naturales del I.DI.C.S.O. de la Universidad del Salvador, y uno de los expertos reconocidos en la materia. Él hizo en estas páginas la historia de la privatización de YPF. Hoy nos brinda un trabajo detallado, remarcablemente libre de consignas, pero que sirve como un compendio de uno de los temas claves para el siglo XXI.

 

 

EL AGUA COMO RECURSO ESTRATÉGICO

 

Gustavo Lahoud
 


Introducción.

 

La temática de los recursos naturales renovables y no renovables constituye en el presente tiempo histórico, uno de los ejes de disputa geopolítica y neoeconómica más acuciantes en el orden global.

Específicamente, la cuestión del agua merece un tratamiento particular, dada su creciente gravitación como recurso natural en múltiples campos de la vida de las comunidades humanas.

 

En tal sentido, uno de los ejes metodológicos centrales en torno a los cuales es necesario describir y analizar la problemática del agua y de los recursos hídricos, está vinculado con una mirada integral, sistémica y multidimensional que nos permita comprender el conjunto de intereses, percepciones, actores y dinámicas que condicionan las cosmovisiones respecto del agua y de los recursos hídricos en general.

 

Es por ello que, desde esa mirada integral-sistémica, identificamos tres ejes descriptivos-analíticos que son visualizados como estratégicos en la temática del agua. Ellos son:

 

- Los usos del agua: industrias, agricultura y alimentos como aspectos esenciales.
- Los modelos de manejo del agua: la administración público-privada del recurso o la organización público-comunitaria.
- Los recursos hídricos superficiales y subterráneos: dos casos de estudio. Amazonas y Acuífero Guaraní.

 

En estos tres ejes explicativos es importante encarar una mirada que cruce las dimensiones político-institucionales, jurídico-normativo, social-ambientales, socio-económica y, finalmente, la socio-cultural. En efecto, estas cinco dimensiones de la problemática son las que permiten reconstruir una mirada crítica y holística sobre los tres ejes señalados. Desde esa óptica, pasaré a describir brevemente cada unos de ellos.

 

Los usos del agua.

 

En los últimos cincuenta años -con el despliegue de un sistema capitalista que a la vez que se mundializaba demandaba crecientes recursos naturales críticos para el sostenimiento de ese crecimiento exponencial- la cuestión de los usos agrícola e industrial del agua se intensificó como uno de los datos estructurales estratégicos en esta dinámica mundial.

 

Por un lado, los aumentos incesantes de los usos de agua para las actividades de riego crecieron a la par de la incorporación de tierras cultivables bajo sistemas de producción intensiva que, con el paso de los años, terminaron por agudizar la problemática de la escasez en muchas regiones del mundo que hoy deben afrontar dificultades serias en el abastecimiento del recurso y en la propia capacidad de producción de alimentos, ya que tanto las fuentes de agua superficiales como las subterráneas han sido sobreexplotadas con el consecuente aumento de la probabilidad de conflictos por el control de las áreas geográficas donde hay reservas del vital recurso. En efecto, es importante señalar que áreas muy diversas como Medio Oriente, Pakistán, la frontera entre México y Estados Unidos, India, China y otras regiones de Asia y Europa están afrontando crecientes dificultades asociadas a la escasez de agua.1

 

Por otro lado, la segunda punta de esta cuestión, es la intensificación de los usos industriales del agua y el consecuente crecimiento de las grandes urbes en los principales centros metropolitanos del mundo que generan una presión de demanda sobre el recurso que se torna cada vez más insostenible. Piénsese en, por un lado, el creciente uso demandado por empresas multinacionales productoras de agua embotellada y gaseosas2 (los ejemplos de Coca-Cola, Vivendi, RWE, Suez, etc. que son importantes actores en este creciente mercado) y, por el otro, en la necesidad de abastecer de agua potable, saneamiento y alcantarillado a estos enormes centros urbanos cuyas poblaciones siguen creciendo caóticamente, lo cual se agudiza aún más si se tiene en cuenta la inexistencia de criterios adecuados de planificación urbana en las grandes megalópolis.

 

Es decir que, aumentos incontrolados de usos irracionales de bienes hídricos para fines industriales y agrícolas, crecimiento de la población urbana, aumento de los niveles de contaminación y procesos productivos depredatorios constituyen aspectos de una problemática que es tanto mundial, como regional y local.  

 

Los modelos de manejo del agua.

 

Los grandes conglomerados urbanos y las áreas rurales más alejadas en donde la producción agrícola, forestal y ganadera sigue siendo la fuente esencial de ingresos sufren, con distinto grado de intensidad, los problemas asociados al abastecimiento de agua potable y al manejo racional de los recursos hídricos.

 

Por un lado, en los grandes centros urbanos se ha implementado un modelo de administración del agua conocido como de asociación público-privada cuyos resultados están a la vista en los últimos quince años. En efecto, distintas ciudades en América Latina, Asia, Europa, América del Norte y África han enfrentado problemas vinculados a la mala calidad de los servicios de agua potable, contaminación e inexistencia de tratamiento de líquidos tóxicos, aumentos ilegales de tarifas y ausencia parcial o completan de sistemas de control y regulación desde los Estados que, en este escenario actuaron como meros garantes de la así denominada “seguridad jurídica” de las inversiones de las empresas. EL caso de Aguas Argentinas3 –controlada por la empresa francesa Suez, cuyo contrato fue rescindido en marzo de 2006 por el gobierno nacional- constituyó tal vez el más claro ejemplo del rotundo fracaso de este modelo que terminó por destruir la posibilidad de una administración racional, eficiente y sostenible de los recursos hídricos destinados al consumo masivo. A su vez, el caso boliviano ha sido paradigmático por el involucramiento de amplios sectores populares que fueron los artífices de la expulsión de la norteamericana Bechtel que tenía la administración de agua en la ciudad de Cochabamba en el año 2000.4

 

Por otro lado, en las áreas rurales se suma la problemática del uso intensivo de fuentes de agua subterránea- como es el caso de los acuíferos- que sufren un doble proceso de agotamiento y contaminación que es altamente destructivo para la supervivencia de las propias comunidades. Ello se suma a la creciente necesidad del uso del agua para los cultivos, conformando un cuadro realmente explosivo.

 

Ante todo ello, creemos que existe una alternativa viable, que tiene como principales protagonistas a las comunidades locales, regionales o nacionales, a los Estados como garantes del bien común y a los trabajadores como sostenedores del proceso de administración del agua. Se trata, en efecto, de un modelo público-comunitario que parte de la visualización de las necesidades de la misma comunidad y de la auto-organización entre estos tres sectores para consolidar un modelo sustentable de manejo del agua. EL caso de Porto Alegre5 es, tal vez, el mejor ejemplo de ese modelo alternativo. Realmente, es para pensarlo detenidamente, antes que sea demasiado tarde.

 

Los recursos hídricos superficiales y subterráneos: Amazonas y Acuífero Guaraní.

 

Estos dos casos que describiremos brevemente son paradigmáticos para comprender la forma en que los países centrales y los organismos internacionales vinculados a los recursos naturales, al medio ambiente y al cambio climático están planificando y gestionando los procesos de evaluación y monitoreo del estado de los recursos hídricos superficiales y subterráneos en el ámbito mundial. Algunas de las organizaciones que están coordinando estudios integrales de los bienes hídricos en el ámbito mundial son la UNESCO –con su programa hidrológico internacional-, el Banco Mundial –en cuyo seno se creó un fondo especial de financiamiento público y privado conocido como Global Environmental Fund por sus siglas en inglés (GEF)-, el Programa de Asesoramiento Mundial sobre el Agua (WWAP) de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de Estados Americanos, entre otras instituciones.

Tanto el Amazonas como el Acuífero Guaraní son dos proyectos financiados por este conjunto de agencias públicas internacionales y por fondos privados vinculados a las mismas. El objetivo fundamental es elaborar un mapeo completo de las riquezas hídricas tratando de identificar áreas potencialmente aptas para emprendimientos productivos, como también otras en donde existan problemas de contaminación para lo cual se busca estructurar un modelo de manejo sostenible que permita armonizar posibles usos productivos de los bienes hídricos con una adecuada preservación de los ecosistemas hidrofísicos desde una concepción de manejo integrado de los recursos.


En lo que respecta al proyecto Amazonas, se inició en diciembre el 2005 con una inversión de 700 mil dólares –financiada por este Fondo Mundial del Medio Ambiente  ( GEF)- y se encuentra en su Etapa Preparatoria, en la que se incluye la visión de la cuenca, el diagnóstico y los términos de referencia de un plan marco de acciones estratégicas, que constituirán la Línea Base de la Primera Etapa del proyecto, a iniciarse en el 2008.6


Entre los problemas puntuales que este proyecto intenta determinar, “…está la conservación de los recursos hidro-biológicos para evitar la sobre explotación de las especies y ecosistemas, la erosión de los suelos a causa de la agricultura migratoria, la tala indiscriminada que provoca la deforestación de los bosques y suelos de la Amazonía, el mejoramiento de los servicios de agua y saneamiento en las ciudades amazónicas y la mejora de la salud de los habitantes.”7


Con relación al Acuífero Guaraní, es un enorme reservorio de agua, con una superficie aproximada de 1.194.000 kilómetros cuadrados. Este sistema de agua subterránea se  extiende  por  las  cuencas  de  los  ríos  Paraná,  Uruguay  y  Paraguay, es decir, que está en una de las regiones hidrológicamente más importante de Sudamérica, como lo es la cuenca del Plata. De la superficie total del acuífero, alrededor de  839.000 km2 corresponden  a  Brasil,  226.000  a  Argentina,  71.700  a  Paraguay  y  59.000  a  Uruguay, números que representan, respectivamente,  el  10%  del  territorio  de  Brasil,  el  6%  de  Argentina,  el  18%  del  Paraguay  y  el  25%  de  Uruguay.8

 

Uno de los aspectos más desconocidos del sistema y de su funcionamiento hidrogeológico, está vinculado a los límites que el mismo tiene. En tal sentido, es importante destacar que no se tiene aun un cabal conocimiento de los límites precisos, con lo cual las descripciones que se realizan están sujetas a los cambios propios del avance de la investigación sobre la situación geofísica e hidrológica del acuífero.9 En efecto, estos aspectos están siendo evaluados en el marco del denominado Proyecto de Manejo Sustentable del Acuífero Guaraní, que es financiado y cuenta con la participación de las mismas agencias públicas internacionales de las que hemos hablado anteriormente. En este caso, en el marco del MERCOSUR los cuatro gobiernos que comparten soberanía sobre el acuífero han constituido un grupo de trabajo sobre el mismo y, además, han hecho reserva de dominio soberano en las deliberaciones que se realizan en las naciones Unidas, dato éste que es de enorme relevancia teniendo en cuenta la creciente puja en el orden mundial por el control de los recursos hídricos.10

 

Conclusión para la acción.

 

Hemos realizado un somero recorrido sobre tres ejes estructurales en los debates sobre el diagnóstico y el futuro de la problemática del agua y de los recursos hídricos. En todos los casos, es importante destacar la creciente información, movilización y participación de los ciudadanos que, a escala mundial, regional, nacional y local, comienzan a tomar conciencia plena sobre las implicancias que estas cuestiones tendrán en el futuro próximo.

 

En tal sentido, para aquellos que creemos en las capacidades de organización de los sectores y movimientos populares, la temática del agua, sus usos, el manejo raciona y sostenible, la correcta administración de las cuencas superficiales, el cuidado de las fuentes subterráneas y la prevención de la contaminación constituyen tareas indelegables en todo proyecto sólido de construcción popular.

 

Porque agua es vida, cultura, desarrollo, igualdad y prosperidad, necesitamos que a través del esfuerzo, la organización y la articulación garanticemos un futuro en el que los recursos hídricos lleguen a todos y sean un auténtico derecho humano inalienable e inviolable.

 


1 Ver Lasserre, Frédéric: “Proyectos faraónicos…y destructores. “Transferir” el agua”, Le Monde diplomatique Edición Cono Sur, Bs. As., marzo 2005. Ver también el sitio del Instituto Mundial de Recursos: www.wri.org

 

2 Ver http://www.rebelion.org/noticia.php?id=38750

 

3 Ver Bevillaqua, Ana: “Aguas Argentinas, gran negocio de la empresa, a expensas de los usuarios”, Le Monde diplomatique Edición Cono Sur, Bs. As., agosto 2001.

 

4 Ver García, Alberto, García Fernando y Quitón, Luz: La “GUERRA del AGUA”. Abril de 2000: la crisis de la política en Bolivia. Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), La Paz, 2003.

 

8 Ver www.sg-guarani.org. Además, ver Bruzzone, Elsa: “PROYECTO  PARA  LA  PROTECCION  AMBIENTAL  Y  DESARROLLO  SUSTENTABLE    DEL  SISTEMA   ACUIFERO  GUARANI  DESARROLLADO  POR  EL  BANCO  MUNDIAL”, Centro de Militares por la Democracia (CEMIDA), en www.cemida.org ( Presentado en el marco del seminario internacional Acuífero Guaraní “Gestión y Control Social”, realizado en Foz de Iguazú, Brasil, 14-15 de octubre de 2004.

 

9 Información extraída de notas tomadas en el seminario realizado el 8 de septiembre de 2005 en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales ( CARI) sobre el acuífero Guaraní. Ver www.cari.org

 

 

 

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