Los jóvenes y el PACO

ARTEMIO LÓPEZ – marzo 26, 2007

 

En esta nota, burlona, quizás un poco frívola, Artemio toca y opina sobre uno de los muy pocos temas que, creo, todos sabemos que son importantes. ¿Por qué subo esta nota, de las miles que pontifican sobre el asunto? Uno: no es “careta”. Dos: es su profesión (las encuestas son su curro; él es sociólogo, y cuando habla de relevamientos está en lo suyo). Tres: es un progre, y nadie mejor que uno para cuestionar los mitos progres. Cuatro y última: me parece que abre un espacio de discusión: los roles de la droga y del consumismo en los jóvenes. Tengo amigos que trabajan muy seriamente en la rehabilitación de drogadependientes, la ayuda a la marginalidad, y me gustaría escuchar su opinión (Elsa, Alberto, … , ya saben)

 

Por izquierda y derecha del televisor está naciendo un nuevo estereotipo de joven empobrecido que vive su vida perra en torno al consumo de PACO. El ministro Claudio Mate (Provincia B.A.) hace tiempo ya, la Ministra Cerruti (Ciudad B.A.) más recientemente, y el lastimoso discurso de políticos bien variopintos, sostenidos por medios escritos, radiales y televisivos, insisten en la imagen muy de ruleros, de los "Muertos Vivos". Ejércitos de adolescentes que deambulan sin rumbo por ahí y pueblan las barriadas pobres manoteando lo que encuentran a su paso bajo los efectos del nuevo monstruo, dispuestos a matar o morir por conseguir PACO, mucho PACO, situación que explica en parte sustancial el incremento de la "delincuencia juvenil".

Sin embargo, según marcan los relevamientos nacionales, no hay mayor incidencia de consumo de sustancias, desagregada la ingesta por sectores sociales, y particularmente el PACO - sustancia dañina y mortal que ciertamente hay que exterminar - , resulta de mínimo desarrollo entre los jóvenes pobres y muy pobres (indigentes), que normalmente, como los de clase media, alta y muuuy alta, prefieren el alcohol en general y la cerveza en particular, para pasar agradables momentos, digamos.

En este sentido, es una sospecha mía que, en el caso de los jóvenes pordioseros, no son tanto sus hábitos drogones, en medio de carencias y menesterosidades, sino por el contrario sus expectativas demasiado altas, las que al fin los pierden e impiden su ingreso a la cruzada civilizatoria de occidente. En efecto, más allá de lo que sostengan los amigos de las food-card, nuestros jóvenes pordioseros y de clase media baja también (porqué no?) muy amigos de lo ajeno, ya no chorrean por ausencia a tiempo de un plato de lentejas. Siempre fue poco un plato de lentejas y hoy, con el buenazo de Néstor repartiendo polenta vía empleítos, es muy, muy poco. Muchísimo más, sabiendo que los signos juveniles ya "universales" de ingreso al mundo moderno, las minitas y el be happy, son ahora mismo dos: zapatillas de las buenas y celulares con muchas cositas. En esta perspectiva, la "ola de violencia juvenil", que recorre el conurbano duro y el postergado sur porteño, por citar dos casos emblemáticos que preocupan a la dirigencia filantrópico-social, no responde tanto a la obnubilación del púber que induce la falopa, sino a un cálculo de racionalidad económica elemental.

Ciertamente, el acceso al mundo "posta post", hoy supone (al menos) afrontar un gasto de $1.000 periódicamente, ($400 las "bases" y $ 600 un móvil módico). Al mismo tiempo, (ay!) un salario medio para un joven informalizado entre 15 y 24 años, tras ocho horas de dura labor, resulta de $ 270 mensuales, según la Encuesta Provisional de Hogares del 3º trimestre de 2006. Se sabe que, a temprana edad, la ansiedad mata y sin Ribotril a mano, nadie parece estar dispuesto a ahorrar un par de años para acceder (como Blumberg manda), a tan preciados bienes. Desdichas de la convivencia entre opulencia y pobreza.

Este modelo de ingreso explica mejor que la "generalización del PACO entre los jóvenes" los malos modales que suelen manifestar. Qué lejos quedó el tiempo en que se conformaban con el Marlborito de los fines de semana, no? Recuerdo un diálogo con el ex presidente De la Rúa y su visión de aquello que los pobres demandan, perorata que explica bien porqué las cosas hoy ya "no marchan como debieran". En una cálida reunión de este servidor con el insigne ex-presidente de la muy memorable coalición republicana de centro-izquierda UCR/FREPASO, Chupete comentó preocupado: "Hay que hacer las cosas bien. Por ejemplo, el otro día viajé a Santiago (del Estero) y los bolsones de comida no habían llegado. Faltaba la yerba y sobre todo la harina. Eso no puede faltar... la harina que ellos mezclan con agua, hacen esos galletones y se dan por comidos. No puede ser que eso falte". Un progre incomprendido en su época Fernando, igualmente el tiempo pasa y sus consejos envejecen. Estos pobretones de ahora, con el 9 anual de crecimiento y el 1,7 de superávit primario, ya no se conforman con las food stamps.... y bue, ellos se lo pierden.


 

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