Roberto Bardini, el editor de Bambú Press, ha hecho un ameno
e informado resumen de lo que hoy sabemos sobre la nueva legislatura yanqui.
Uno no tiene que ser un liberal (en el sentido de la palabra que tiene en
nuestros países) para apreciar que el hecho más significativo es que es la
número ciento nueve, elegida consecutivamente.
Roberto Bardini – Enero 5, 2007
Tras 232 años de existencia y de 109 legislaturas consecutivas, ayer
asumieron los 435 representantes de 50 estados y cien senadores que integran
el nuevo Congreso de Estados Unidos con mayoría del Partido Demócrata en
ambas cámaras.
La victoria de los liberales luego de doce años de hegemonía republicana y
la asunción de la legisladora Nancy Pelosi, de California, como la primera
mujer en más de dos siglos que presidirá la Cámara de Representantes, no son
las únicas novedades. El nuevo Congreso presenta por primera vez en su
historia una gran variedad étnica y religiosa, y un abanico variopinto de
posiciones políticas.
Los legisladores afroamericanos ocuparán 42 escaños en la Cámara número 110.
Keith Ellison, un abogado negro de Minnesota, convertido al Islam a los 19
años y crítico de la guerra en Irak, es el primer musulmán votado para el
Congreso en toda la historia de Estados Unidos. La descendiente de japoneses
Mazie Keiko Hirono, de Hawai, y Henry Johnson, un afroamericano de Georgia,
son los primeros budistas elegidos como representantes.
El único senador de origen africano es el joven y carismático Barack Hussein
Obama, de Illinois, nacido en 1961 en Honolulu e hijo de un economista de
Kenia, a quien muchos consideran posible candidato presidencial para las
elecciones de 2008.
La “revancha” política de los demócratas estará repartida en unas cuantas
manos. Harry Reid, un mormón de Nevada, será el nuevo presidente del Senado.
Aunque coincide con los republicanos acerca del derecho de los ciudadanos a
poseer armas de fuego, se distancia de ellos en lo que se refiere a la
protección del medio ambiente, la mejora de la educación y el acceso de la
población a los servicios de salud.
Tom Lantos, un economista de California nacido en Hungría en 1928,
sobreviviente de un campo de concentración durante la Segunda Guerra
Mundial, opositor al nazismo y el comunismo y partidario de la invasión a
Irak, presidirá el Comité de Relaciones Exteriores. Tendrá que ponerse de
acuerdo con Carl Levin, de Michigan, un oponente a la guerra en el país
árabe y promotor de una retirada gradual de las tropas estadounidenses,
quien estará al frente del Comité de las Fuerzas Armadas.
Nacy Pelosi designó al texano de origen mexicano Silvestre Reyes, ex
comisario de la policía fronteriza, como presidente de la Comisión de
Inteligencia. El legislador tendrá acceso a la información de todas las
agencias de espionaje de Estados Unidos, al mismo nivel que el presidente,
el vicepresidente y el presidente del Senado. Lo curioso es que Reyes no
parece ser un político muy informado. No tiene la menor idea de lo que
ocurre en Medio Oriente: en diciembre del año pasado, entrevistado por la
publicación Congressional Quarterly National Security, dijo que creía que Al
Qaeda es una organización “mayoritariamente chiíta” y reconoció que ignoraba
a cuál rama del Islam pertenecía el movimiento Hezbollah.
Barney Frank, de Massachusetts, será el presidente del Comité de Servicios
Financieros. Fue el primer miembro del Congreso que admitió públicamente su
homosexualidad en 1987 y es partidario de revisar la política del
Departamento de Defensa de despedir a los soldados que se declaren gays.
Max Baucus, de Montana, opositor al embargo económico contra Cuba, presidirá
el Comité de Finanzas del Senado.
Hillary Clinton, que en 2000 se convirtió en la primera esposa de un ex
presidente en ocupar un puesto en el Congreso, no tiene puestos de gran
poder, pero conserva una influencia que se remonta a sus años en la Casa
Blanca. Es una posible aspirante a la candidatura demócrata para los
comicios presidenciales de 2008 y ya ha contratado a un “asesor evangélico”
para tratar de atraer a los cristianos conservadores, que constituyen una
cuarta parte del electorado estadounidense.
¿Qué puede esperar Iberoamérica de la Cámara de Representantes y del Senado
de Estados Unidos en los últimos dos años que quedan del gobierno de George
W. Bush? En la modesta opinión de esta columna, nada. O más de lo mismo.
Cuatro décadas atrás, en 1963, el músico Robert Allen Zimmerman –más
conocido como Bob Dylan– escribió: “¿Cuántas veces puede un hombre
volver la cabeza pretendiendo no ver lo que ve? / La respuesta, mi amigo,
está soplando en el viento.”
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