Estimado Abel:
… Algunas preguntas después de leer tu página:
¿No será que el conflicto es lamentable porque muchos de nosotros somos
lamentables? ¿No será que la importancia que le damos a la ciencia es casi
inexistente? ¿No será que de tanto habitar el patio de los objetos que
producen la ciencia y la tecnología terminamos confundiéndolos con el
pensamiento científico? ¿Cuántos Estudios de Impacto Ambiental produjeron en
tiempo y forma nuestras universidades? ¿Cuánto se difundió? ¿Quiénes son los
que pueden hablar, citar, esgrimir los datos que debieran ser de
conocimiento público?
Por suerte hay argentinos y uruguayos que saben lo que es su patria - así
con minúscula porque la de la mayúscula está por verse... y te pido una
aclaración: ¿Qué es eso de fundamentalismo ecológico? ¿No será lo que un
hombre desencarnado nos decía en los 70? ¿Te acordás que tiempos aquellos,
cuando ese hombre nos explicaba que era la ecología? ¡Qué bola que le dimos!
Un abrazo
Ricardo Álvarez
Esta breve nota me la envía un amigo peronista (obvio) pero la razón por la
que la elijo para ponerla en la página es porque me recuerda (y nos
recuerda) que más allá de mi acierto o no en la crítica a lo que el gobierno
argentino dejó de hacer en tiempo y forma en este problema, hay también una
falencia que es responsabilidad de la sociedad argentina en su conjunto.
Tenés razón, Ricardo. Sólo hace falta ver lo que está pasando en el Delta
para comprender que la ecología todavía no es más que una moda para muchos y
una preocupación para pocos.
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