Estados Unidos, Irán y la Argentina

 

Todos los que leen diarios, ya sea el New York Times, Página 12, Wall Street Journal o Ámbito Financiero, es decir, a los medios que lo cuentan con satisfacción o con preocupación, saben que a Estados Unidos le está yendo muy mal en Irak, y que su gobierno está consciente de ello. También saben, si leen con alguna atención, que el planteo de los neoconservadores que rodeaban a Bush está siendo cuestionado por los veteranos del gobierno de Bush Sr. (1988/92), con el apoyo de la mayoría de la dirigencia republicana y demócrata. Y si además leen “El hijo de Reco” habrán encontrado aquí desde hace meses comentarios sobre hombres como Luttwak y Pournelle, que desde la derecha yanqui criticaban duramente el pensamiento que llevó a la aventura en Irak.

Igual, me parece que vale la pena copiar el Resumen Ejecutivo que elaboró la Comisión Baker-Hamilton. Y la respuesta que el Presidente Bush dio a ese informe en el discurso radial que dirigió a la Nación norteamericana 3 días después. ¿Saben? Yo pienso que los argentinos tendemos a creer – con algo de ingenuidad - que las decisiones de guerra o paz de las grandes potencias ya están decididas en secreto por hombres muy poderosos. Por supuesto, eso es parte del proceso que lleva a ellas. La otra parte surge del resultado del conflicto con otros hombres muy poderosos con intereses y visiones diferentes, del azar y de la estupidez humana.

Si los gobiernos de EE.UU., Irán y Siria no logran acuerdos aceptables, al menos para los dos primeros; si Israel no percibe que el inevitable deterioro en su posición de poder en el corto plazo se compensa con una mayor seguridad en el largo... Bueno, ahora mismo hay enfrentamientos armados (y “daños colaterales”) en Irak, Afganistán, Palestina, el Líbano. En “Blogueando” del 14/9/06, escribía: “Está planteado el más serio: con Irán. Ya Europa, China, Rusia envían señales claras que no lo quieren. También, más discretamente, las emiten jefes militares de los Estados Unidos que, con ojo profesional, perciben las dificultades de la tarea. Pero la lógica de todas las guerras consiste en extenderse e incorporar todos los conflictos en su terrible simplificación”.

Los argentinos deben estar conscientes de esto, ahora que una decisión judicial local ha vuelto a introducirnos – aunque sea marginalmente – en el conflicto, con algo de la misma inconciencia de los posibles riesgos con que Menem lo hizo, 15 años atrás.


Informe del “Grupo de Estudio sobre Irak”


Resumen ejecutivo - 6 de diciembre de 2006

La situación en Irak es grave y se está deteriorando. No existe ningún camino que pueda garantizar el éxito, pero se pueden mejorar las perspectivas.


En este informe ofrecemos varias recomendaciones sobre las medidas que deben tomarse en Irak, en Estados Unidos, y en la región. Nuestras recomendaciones más importantes exigen nuevos y mejorados esfuerzos diplomáticos y políticos en Irak y en la región, y un cambio en la misión principal de las fuerzas estadounidenses en Irak que permita a Estados Unidos empezar a retirar sus fuerzas de combate de Irak en forma responsable. Creemos que estas dos recomendaciones son igualmente importantes y se refuerzan mutuamente. Si se ponen en práctica eficazmente, y si el gobierno iraquí procede hacia la reconciliación nacional, los iraquíes tendrán la oportunidad de un futuro mejor, se asestará un golpe al terrorismo, se aumentará la estabilidad en una parte importante del mundo, y se protegerá la credibilidad, los intereses y los valores de Estados Unidos.

Las dificultades en Irak son complejas. La violencia está aumentando en alcance y mortandad. La misma es fomentada por una insurgencia árabe sunita, por las milicias chiítas y por escuadrones de la muerte, por al-Qaida y por una criminalidad propagada. El conflicto sectario es el principal desafío a la estabilidad.


El pueblo iraquí tiene un gobierno elegido democráticamente, sin embargo éste no está adelantando adecuadamente la reconciliación nacional, no provee seguridad básica y no suministra los servicios esenciales. Domina el pesimismo.

Si la situación continúa deteriorándose, las consecuencias podrían ser graves. Un descenso al caos podría causar el derrumbe del gobierno de Irak y una catástrofe humanitaria. Podrían intervenir los países vecinos. Los choques entre sunitas y chiítas podrían propagarse. Al-Qaida podría lograr una victoria propagandista y expandir su base de operaciones. La postura mundial de Estados Unidos podría quedar disminuida. Los estadounidenses podrían resultar más polarizados.

Durante los nueve meses pasados hemos considerado una gama completa de planteamientos para seguir adelante. Todos tienen defectos. El curso que recomendamos tiene defectos, pero creemos firmemente que incluye las mejores estrategias y tácticas para influir positivamente el resultado en Irak y en la región.


Planteamiento externo

Las políticas y los actos de los vecinos de Irak afectan grandemente su estabilidad y prosperidad. Ningún país en la región se beneficiará a la larga con un Irak caótico. Sin embargo los vecinos de Irak no están haciendo bastante para ayudar a Irak a alcanzar la estabilidad. Algunos están socavando la estabilidad.

Estados Unidos debe iniciar inmediatamente una nueva ofensiva diplomática para crear un consenso internacional en favor de la estabilidad en Irak y en la región. Este esfuerzo diplomático debe incluir a cada país cuyo interés es evitar un Irak caótico, incluso todos los vecinos de Irak. Los vecinos de Irak y los estados claves adentro y afuera de la región deben formar un grupo de sostén para reforzar la seguridad y la reconciliación nacional en Irak, cosas que Irak por sí solo no puede lograr.

En vista de la habilidad de Irán y de Siria de ejercer influencia en los eventos en Irak y su interés en evitar el caos en Irak, Estados Unidos debe tratar de involucrarlos en forma constructiva. Al procurar influir la conducta de ambos países, Estados Unidos dispone de medidas disuasivas e incentivos. Irán debe contener el flujo de armas y entrenamiento hacia Irak, respetar la soberanía y la integridad territoriales de Irak, y utilizar su influencia sobre los grupos chiítas para alentarlos a una reconciliación nacional. El tema de los programas nucleares de Irán debe continuar siendo tratado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Alemania. Siria debe controlar sus fronteras con Irak para contener el flujo de financiación, insurgentes y terroristas hacia y desde Irak.

Estados Unidos no podrá alcanzar sus metas en el Oriente Medio a menos que aborde directamente el conflicto árabe-israelí y la inestabilidad regional. Debe haber un compromiso renovado y sostenido de parte de Estados Unidos hacia una paz árabe-israelí total en todos los frentes: Líbano, Siria y el compromiso de junio de 2002 del presidente Bush a una solución de dos estados, Israel y Palestina. Este compromiso debe incluir conversaciones directas con, por y entre Israel, Líbano, los palestinos (aquellos que aceptan el derecho a existir de Israel), y Siria.

Al desarrollar su planteamiento sobre Irak y el Oriente Medio, Estados Unidos debe proveer adicional sostén político, económico y militar para Afganistán, incluso los recursos que puedan llegar a estar a disposición al retirarse las fuerzas de combate de Irak.


Planteamiento interno

Las cuestiones más importantes sobre el futuro de Irak son ahora responsabilidad de los iraquíes. Estados Unidos debe ajustar su función en Irak para alentar al pueblo iraquí a asumir el control de su propio destino.

El gobierno iraquí debe acelerar el proceso de asumir la responsabilidad por la seguridad iraquí aumentando el número y la calidad de las brigadas del ejército iraquí. Mientras este proceso está en curso, y para facilitarlo, Estados Unidos debe aumentar en forma significativa el número del personal militar estadounidense, incluso los efectivos de combate, que están incorporados y apoyan a las unidades del ejército iraquí. A medida que se procede con estas medidas, las fuerzas de combate estadounidenses podrán empezar a retirarse de Irak.

La misión principal de las fuerzas de Estados Unidos en Irak debe convertirse en una misión de apoyar al ejército iraquí, el que asumiría la responsabilidad principal por las operaciones de combate. Durante el primer trimestre de 2008, sujeto a desarrollos inesperados en la situación de la seguridad en el terreno, todas las brigadas de combate que no sean necesarias para la protección de las fuerzas podrían estar afuera de Irak. Para esa fecha, las fuerzas de combate de Estados Unidos podrán ser desplegadas solamente en unidades incorporadas a las fuerzas iraquíes, en equipos de reacción rápida y para operaciones especiales, y en funciones de entrenamiento, equipamiento, asesoramiento, protección de las fuerzas y búsqueda y rescate. Las operaciones de inteligencia y apoyo continuarían. Una misión vital de esas operaciones especiales y de reacción rápida será emprender ataques contra al Qaida en Irak.

Claramente, el gobierno iraquí necesitará la ayuda de Estados Unidos por algún tiempo futuro, especialmente en lo que respecta a sus responsabilidades de seguridad. Pero Estados Unidos debe indicar claramente al gobierno iraquí que llevará a cabo sus planes, incluso los traslados planeados, aún si el gobierno iraquí no pusiera en efecto sus cambios planeados. Estados Unidos no debe comprometerse a mantener indefinidamente desplegados números grandes de efectivos militares en Irak.

A medida que proceden los traslados, los líderes militares deben hacer hincapié en el adiestramiento y la educación de las fuerzas que han regresado a Estados Unidos a los efectos de restaurar la fuerza a una máxima capacidad de combate. Al regresar los pertrechos a Estados Unidos, el Congreso debe autorizar los fondos suficientes para restablecer los mismos en el curso de los cinco años próximos.

Estados Unidos debe actuar en estrecha colaboración con los líderes de Irak para apoyar el logro de objetivos específicos -- o hitos -- en cuanto a la reconciliación, la seguridad y el gobierno nacionales. No podrá esperarse milagros, pero el pueblo de Irak tiene el derecho de esperar acciones y progreso. El gobierno iraquí debe demostrar a sus propios ciudadanos -- y a los ciudadanos de Estados Unidos y otros países -- que merece su apoyo continuado.

El primer ministro Nouri al-Maliki, en consulta con Estados Unidos, ha indicado una serie de hitos críticos para Irak. El suyo es un buen comienzo, pero debe ser expandido de modo que incluya hitos que puedan fortalecer al gobierno y beneficiar al pueblo iraquí. El presidente Bush y su equipo de seguridad nacional deben mantenerse en estrecho y frecuente contacto con el liderazgo iraquí con el fin de expresar un mensaje claro: el gobierno iraquí debe actuar rápidamente en lograr un progreso sustancial en el logro de estos hitos.

Si el gobierno iraquí demuestra su voluntad política y hace progresos sustanciales en el logro de los hitos acerca de la reconciliación, seguridad y gobierno nacionales, Estados Unidos debe indicar claramente su disposición de continuar el entrenamiento, la asistencia y el apoyo de las fuerzas de seguridad iraquíes y continuar el sostén político, militar y económico. Si el gobierno iraquí no hace progresos sustanciales en el logro de los hitos acerca de la reconciliación, seguridad y gobierno nacionales, Estados Unidos debe reducir su apoyo político, militar o económico al gobierno iraquí.

Nuestro informe hace recomendaciones en varios otros terrenos. Estas incluyen mejoras en el sistema de justicia penal de Irak, el sector del petróleo de Irak, los esfuerzos de Estados Unidos en cuanto a la reconstrucción en Irak, el proceso sobre el presupuesto de Estados Unidos, el entrenamiento del personal gubernamental de Estados Unidos, y las capacidades de inteligencia de Estados Unidos.


Conclusión

Es la opinión unánime del Grupo de Estudio sobre Irak que estas recomendaciones ofrecen a Estados Unidos un nuevo camino a seguir en Irak y en la región. Las recomendaciones son extensas y deben ser puestas en efecto en forma coordinada. No se las debe separar o llevar a cabo en forma aislada. La dinámica de la región es tan importante para Irak como lo que sucede dentro de Irak.

Los desafíos son gigantescos. Habrá días difíciles en el futuro. Pero al seguir este nuevo camino, Irak, la región y Estados Unidos de América, podrán emerger más fuertes.


y la respuesta de Bush

El 9 de diciembre de 2006 el Presidente Bus respondía así a este informe en su discurso radial a la Nación

“... El Primer Ministro (Tony Blair) y yo también discutimos el informe que recibí esta semana del Grupo de Estudio sobre Irak - presidido por el ex - Secretario de Estado James Baker y el ex - Congresista Lee Hamilton. Su estudio ofrece una imagen clara de la grave situación que enfrentamos en Irak. El informe del Grupo de Estudio sobre Irak también endosa explícitamente la meta estratégica que hemos fijado para Irak - un Irak que pueda "gobernarse, sustentarse y defenderse".

El informe agrega, y cito, "En nuestra opinión esta definición implica un Irak con un gobierno ampliamente representativo que mantenga su integridad territorial, que esté en paz con sus vecinos, que niegue asilo al terrorismo y que no brutalice a su propio pueblo. Dada la actual situación en Irak, lograr este objetivo tomará mucho tiempo y dependerá principalmente de las acciones del pueblo iraquí."

Estoy de acuerdo con esta evaluación. También me siento alentado de que el Grupo de Estudio sobre Irak fue claro en cuanto a las consecuencias de una retirada precipitada de Irak. El Grupo declaró que tal retirada podría, y cito, "casi con seguridad producir mayor violencia sectaria - y conducir a "un vacío de poder considerable, mayor sufrimiento humano, desestabilización regional, y una amenaza a la economía global". El informe continúa diciendo "si nos retiramos e Irak desciende hacia el caos, las consecuencias a largo plazo eventualmente podrían exigir que Estados Unidos regrese".

El Grupo de Estudio sobre Irak comprende la urgencia de hacer las cosas bien en Irak. El Grupo también entiende que mientras el trabajo por delante no será fácil, el éxito en Irak es importante - y el éxito en Irak es posible. El Grupo propuso un número de recomendaciones ponderadas sobre una manera hacia delante para nuestro país en Irak. Mi administración está estudiando el informe, y seriamente consideraremos cada recomendación. Al mismo tiempo, el Pentágono, el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional están terminando sus propios análisis de nuestra estrategia en Irak. Espero con interés recibir sus recomendaciones. Quiero escuchar todo consejo al tomar las decisiones para trazar un nuevo rumbo en Irak.

Agradezco a los miembros del Grupo de Estudio sobre Irak por su difícil labor, y por el ejemplo de bipartidismo que han dado. El Grupo mostró que estadounidenses de diferente partidos políticos pueden llegar a un acuerdo sobre una meta común en Irak - y llegar a un acuerdo sobre formas de alcanzarla. Ahora será la responsabilidad de todos nosotros en Washington - tanto Republicanos como Demócratas - de juntarnos y lograr un mayor consenso sobre la mejor forma hacia delante.

Como parte de este esfuerzo, me reuní esta semana con líderes de ambos partidos de la Cámara de Representantes y del Senado - así como con miembros de alto nivel de los Comités de las Fuerzas Armadas, Relaciones Extranjeras e Inteligencia. Tuvimos discusiones productivas sobre nuestros deberes compartidos para forjar un enfoque bipartidista para alcanzar el éxito en Irak. El futuro de una región vital del mundo, y la seguridad del pueblo estadounidense, dependen de la victoria en Irak. Yo confío que podemos dejar atrás nuestras diferencias políticas, y unirnos para lograr esa victoria. Yo cumpliré con mi parte.”
 

(Versiones en castellano del Departamento de Estado – http://usinfo.state.gov/esp/  )

 

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