Aclaro: yo no soy de Boca, pero esto es tan bueno que no podía dejar de subirlo a la página
Ahora resulta que ni siquiera se puede ser de Boca.
Para el Ministro de Seguridad, Dr. León Arslanián y sus asociados, la
presencia del señor Rafael Di Zeo en un estadio de fútbol hace imposible
garantizar la seguridad. Por lo tanto, el COPROSEDE (Comité Provincial de
Seguridad Deportiva) suspende el clásico Racing-Boca.
Cuando llega la Doce, me late el corazón…
Aparentemente este señor Di Zeo sería el jefe de la barra brava del glorioso
Club Atlético Boca Juniors, conocida cariñosamente como "la Doce".
Como todos saben, el Club Atlético Boca Juniors es la Institución
futbolística más importante de la galaxia y sus alrededores, alcanzando
recientemente el título de Emperador de Copas.
¡No esistís, Rojo no esistís, Rojo no esistís!
Perdón, se me escapó.
El año pasado estuve en la Doce, bandeja central, arco que da espaldas a la
casa amarilla, como dicen los comentaristas deportivos. Un espectáculo
impresionante. La hinchada digo, porque del partido entre las banderas y los
monos que están parados en las vallas de contención, no ví un corno.
Un escalón más abajo una pareja –heterosexual, nobleza obliga- alentaba al
equipo con un incesante Dale Booooo…, mientras saltaban alegremente con una
bebé en brazos, que les debe haber salido gallina, porque lloró todo el
partido. Los padres se pasaban a la nena cada tanto, como si nada, Dale
Boooo… A mi derecha un flaco, equipo deportivo de primera marca de las tres
tiras y flequillito rolinga, con el brazo derecho paralelo al cuerpo y
agitando la mano izquierda en sentido ascendente-descendente cantaba solo y
en su mundo, Dale Booo…, Dale Booo…, terminó el primer tiempo y el flaco
seguía, Dale Booo…, Dale Booo, Terminó el partido y seguía, Dale Booo… ,
Dale Booo…, el pobre flaco –totalmente dado vuelta- todavía debe estar ahí.
Todo bien con la Doce, chabón. Excepto porque cuando salimos de la cancha a
mi hija mayor, también bostera, se le partía la cabeza por culpa del tufo a
porro.
¿Y la Federal? Ah, no sé, serán de River.
Pero el asunto ahora no son los federicos sino la bonaerense reformada y
convertida en varias.Tenemos Comisionados de Policía, Capitanes, Estaciones
de Policía, Policías Comunales, y hasta COPROSEDE. La Negra Arévalo, que
antes era Sargento Ayudante, ahora es la Teniente Detective Peggy Sue
Mulligan, con eso te digo todo. Cuando consigamos la batiseñal, la reforma
quedará de luxe.
Sí, sí, señores, yo soy de Boca
El que no es chorro, es criminal.
El más cobarde mató a su madre,
Y el más valiente, pá que le vamo'hablar.
…cantaba la Doce en los "dorados setenta".
También en los "dorados setenta", nos juntábamos con unos amigotes todas las
semanas religiosamente en el mismo boliche a las cinco de la tarde a tomar
ginebra. Una ginebra, no una botella.
Mi mamá nunca me dijo nada. Es más, la muy genocida me mandaba al almacén a
comprar vino. Y me consta que a otros menores les sucedía lo mismo.
En cambio ahora Mamá Estado prohibió la venta de alcohol a los menores de
edad.
Pero la conducta criminal de mi madre se empequeñece comparada con la del
padre de un amigo: estábamos aburridos en un campo y viene este sujeto y nos
dice: chicos, por qué no van a tirar unos tiros, y ahí nomás nos dio las
escopetas y salimos. Además, ¡horror de los horrores! salimos a cazar.
¡Alerta rojo, llamen a Greenpeace!
Menos mal que hoy Mamá Estado nos ordena: "las armas son para tirar,
tírelas". Está bien Mami, yo las tiro. Pero último, canté.
Si tenés que tomar un ómnibus de larga distancia, en el boleto debe constar
tu nombre y número de documento. Es Mamá Estado que se queda intranquila si
no sabe adónde vas.
Y así podríamos seguir indefinitadamente:
"El fumar es perjudicial para la salud".
"Usá preservativo".
"Ponete el cinturón de seguridad".
"Usá casco".
En cualquier momento va a ser obligatorio llevar un pulovercito por si
refresca.
Porque para el garantismo a la violeta lo importante es la prevención, y
nada más que la prevención. Vivir como un autómata para morir sano.
Y digo a la violeta, porque nadie que esté en sus cabales puede estar en
contra de las garantías individuales. Pero el garantismo es una deformación
patológica encubierta bajo el manto de doctrina jurídica. El debido proceso,
la defensa en juicio, la eliminación de las torturas, son derechos
inherentes a la persona humana y no patrimonio de un sector político. Lo
contrario es El Proceso del señor K. (no, ése no, el de Kafka).
Pero, para decirlo en términos académicos, una cosa es defender las
garantías y otra ser un ganso.
Porque cuando la prevención falla, es necesario reprimir.
Y eso es lo que los progres no quieren hacer.
Les da cosa.
Che gallina, vigilante,
Vos corrés en todas partes…
Y como a ellos reprimir a los delincuentes les da cosa (no nos olvidemos que
el dogma progre por excelencia es echarle la culpa a la sociedad) hacen
prevención. Es interesante analizar en qué consiste la prevención. Como no
pueden controlar los movimientos de los delicuentes, hacen nominativos los
pasajes de ómnibus. Algo así como "somos incapaces de controlar a los
malandras pero sabemos perfectamente adonde van los trabajadores, los
estudiantes y los turistas".
Gran Hermano.
Si le sacamos las armas a la población, los únicos armados van a ser los
delincuentes, entonces sí va a ser fácil agarrarlos.
Razonamiento brillante, no me diga. Digno de un posgrado en Oxford.
Veamos un operativo de tránsito, del cual fui testigo ocasional: viene con
su automóvil una señora con dos niños de colegio. La Policía la detiene:
seguro, cédula verde, verificación técnica vehícular, certificado de vacuna
del perro, etc. Mientras tanto una moto cruza por la calle transversal a
alta velocidad y en contramano. ¿Corremos al infractor o seguimos con la
señora? Seguimos con la señora, que no ofrece resistencia. Policía
preventiva le dicen.
¿Seguridad en el fútbol?
Hablemos de seguridad en el fútbol.
Este año fuimos con mi familia a ver Gimnasia-River en el famoso, por varias
razones, ninguna de ellas bonita, Estadio Único de la ciudad de La Plata.
Cancha llena, lindo partido que terminó 3 a 3 y no pasó nada.
El operativo de seguridad fue impresionante; había más vigilantes (no,
vigilantes era antes, ahora se dice polizontes) que gente. Hacía frío y para
peor sudestada, que daba de lleno en la cabecera local. El grupo de policías
más cercano (había otros similares diseminados por el estadio) se protegía
del viento detrás de una columna, charlando entre ellos y tomando mate,
todos vigiliando atentamente… que no se lave.
De acuerdo a las disposiciones vigentes, la hinchada local debe esperar
quince minutos para que se retire la visitante antes de abandonar el
estadio. Pasado el tiempo la gente empezó a subir para salir (a esta cancha
se ingresa por arriba) amontonándose contra el portón de acceso.
Habían pasado más de cuarenta minutos y la Policía no abría las puertas.
Seguramente para asegurar la seguridad, habrán esperado a que los de River
llegaran a Núñez. El público de Gimnasia que antes y durante el partido se
había portado bien (porque para Mamá Estado nos portamos bien o nos portamos
mal), comenzó a empujar el portón insultando a la Policía. No pasó nada,
pero el único momento tenso de la noche lo generó el operativo de seguridad.
A propósito, miles de personas sin poder salir de la cancha porque la
Policía no abría las puertas. Delito de privación ilegítima de la libertad
de acuerdo a un plan sistemático trazado por el Ministerio de Seguridad y el
COPROSEDE.
Terrorismo de Estado.
A garantista, garantista y medio…
Ahora hablemos de fulbo.
Señores yo soy de Boca desde la cuna,
Que vamo'a salir campeone' no tengo dudas.
Porque es un sentimiento que se lleva en el corazón,
Yo daría toda mi vida por ser campeón.
El padre Leonardo Castellani escribió en la década del 30 del siglo pasado
un interesante artículo titulado "La Defensa del Fútbol", incluido no en un
libro de deportes, sino en uno de educación [1]. En el texto, un tío y su
sobrino polemizan sobre este deporte, en contra el primero, a favor el
segundo.
Y dice el sobrino que antes de cada partido, "…hay un minuto de silencio
profundo como el que precede a las batallas. En todos los rostros tenaces se
lee la voluntad del esfuerzo. (¿Ustedes piensan que es poco educativo ese
ejercicio de energía, esa voluntad de vencer, esa práctica del esfuerzo
colectivo? ¿Usted cree que se necesita poca energía para continuar
animosamente un partido que va 3 a 0? La energía es una virtud natural que
se acrece por repetición de actos; y el saber querer con vigor, aunque sea
ganar un partido, es muy buena cosa…) Pero he aquí que un silbido hiende el
aire y la pelota da un brinco y tres jugadores se lanzan sobre ella como
tres leones…"
"-Y empieza una behetría de carreras, patadas, caídas y gritos, que dura
hora y media de la más monótona y sonsa manera que del cerebro de un inglés
esplenético pudo brotar. Excepto en el caso en que la aridez se rompa con
algún incidente divertido, como piernas rotas, insultos, botellas tiradas
por el público o trenzada de dos jugadores a puñete limpio. Sí, lo he
visto", retruca el tío.
Pero el sobrino no se amilana:
"-No hay tal aridez, tío. No hay tal confusión. De las botellas tiene la
culpa la policía…" escribía Castellani hace más de sesenta años. "…Por
encima de aquel conjunto de movimientos variadísimos, de las carreras
precisas, de los saltos atrevidos, de los ataques y de las defensas… hay
una voluntad ordenadora, hay un jefe, tío, y hay una idea. Mejor dicho dos
jefes en lucha entre sí, mayor belleza. Por eso un buen partido de fútbol
tiene tanta unidad como un drama, con sus peripecias y su desenlace, y por
eso oprime los pechos y arranca gritos…" "…El capitán tiene que ser el más
disciplinado, el más animoso y el más sufrido de todos, porque su voluntad
debe ser el sostén de las otras, que son como su prolongación. Manda a todos
pero también tiene que someterse a todos, siervo de los siervos de Dios,
como el Papa".
¿Herejía?
No; Castellani.
Para quien no haya pisado nunca un tablón (Mami Estado prohibió las canchas
de tablón porque son inseguras, a ver si el nene se me cae y se me lastima,
y después llega a casa y no me come la comida) tan poéticas palabras pueden
ser poco creíbles. Pero son reales, solamente deben ser traducidas al
público lego.
Época de Basile. El Coco ganó todo, todo bien con el Coco. Pero no lo ponía
al Melli. Partido en la Bombonera. Boca pierde o juega mal. Entonces empieza
el fenómeno: primero es una súplica susurrada entre dientes "Coco, ¿por qué
no lo ponés al Mellizo?". El Coco nada. El murmullo aumenta. Desde un sector
de la cancha comienzan a alzar la voz; el resto no entiende que dicen, pero
reconoce la música. El murmullo crece y se generaliza: "Guilleeermooo,
Guilleeermooo…" El Coco mira para otro lado. Boca sigue jugando mal y los
minutos pasan. Entonces la cancha explota:
¡Po-neá Guillermo la puta que te parió!
Que es la misma idea del jefe expresada por el padre Castellani, sólo que
con otras palabras.
Es cierto que la pasión futbolística no es suficiente y que si es la única,
embrutece y se vuelve estéril. Pero al menos es algo sobre lo que se debería
trabajar. Como decía el Bambino, "la base está".
Pero que el fulbo educa, no hay dudas. Yo me enteré que existían los
ligamentos cruzados gracias al fulbo.
Esta es la Doce si señores
Esta es la banda que va al frente
La que corre a Independiente
Y a los putos del Cicloooón…
Sin embargo, no todas son flores.
El fulbo es severamente discriminatorio.
Como podrá apreciar el avisado lector en la estrofa que encabeza este
párrafo y dejando de lado su imperfecta métrica y defectuosa rima, sólo
existente entre los versos segundo y tercero, la palabra putos contenida en
el cuarto verso parece denotar, al menos en una aproximación apriorística al
tema, cierto escepticismo de la Doce respecto a la perspectiva de género.
En este caso el epíteto, que designa a las personas de orientación sexual
diferente está referido a los simpatizantes de San Lorenzo de Almagro.
Lo verdaderamente notable es que los Cuervos (a propósito: ¡Cuervo te
comiste siete, Cuervo! ¿Padre de quién sos, Cuervo?), en vez de responder
civilizadamente contestando que en otras culturas la homosexualidad es
aceptada y que es natural y se construye, tal como se va a enseñar en las
escuelas con las nuevas cátedras de educación sexual, que para eso somos un
país moderno, se ofenden y airadamente responden:
Los Bosteros son
todos putos…
Unos y otros son unos brutos, brutos y brutos. Guarangos son. Groseros, eso,
groseros.
Llama la atención la negligencia de las fuerzas de seguridad y del INADI.
Semanalmente millares de personas se enrostran con saña recíproca tener una
orientación sexual diferente, a la vista de testigos, por televisión, y no
hay ni un procesado, ni un detenido. Cuando lo pienso se me cuaja el
esmalte.
Parece mentira que después de tanto tiempo, los hinchas de fulbo no hayan
leído a Gramsci.
Y ya que estamos en tema, veamos cómo se concluyó en la suspensión del
clásico Racing-Boca.
Las gallinas son así, lo más amargo de la Argentina
Cuando no salen campeón
Esas tribunas estan vacías…
El partido se iba a disputar en Avellaneda, en la cancha de Racing. La
comisión directiva, haciendo uso del derecho de admisión, dispuso no vender
entradas a la barra brava de Boca. Medida preventiva que aparecería
razonable en un Estado bárbaro y primitivo, siguiendo un razonamiento
lineal, primario y antijurídico: éstos pueden armar lío, mejor que no
entren.
Puede decirse que esta es una decisión ajustada al sentido común, y adecuada
a la incompetencia de los que tienen que prevenir y reprimir los desórdenes.
Sí, lo es.
Pero no es moderna ni garantista.
Veamos: las barras bravas del fútbol tienen existencia real y social, no
jurídica. La barra brava no es un club, ni una cooperativa, no es una
persona jurídica. ¿Es asociación ilícita? Tampoco. Al comienzo de esta nota
he narrado mi visita a la Doce en la Bombonera. No pude ver el partido, pero
ni me pegaron, ni me robaron ni nada. Podría intentar una queja al estilo de
los "fumadores pasivos": obstruyeron mi derecho a observar el espectáculo
deportivo por el cual aboné mi entrada, etc… Pero es lamento de
maricones.(Un consejo: para ir a la cancha y ver el partido, siempre según
la jerga de los comentaristas, es mejor la bandeja central del arco que da
espaldas a la calle Brandsen.)
La barra brava puede ser, en todo o en parte, una asociación ilícita… si
comete delitos. Si no, no.
Impedir el acceso de estas personas al estadio, sólo por lo que podrían
hacer, es abiertamente inconstitucional, establece la doctrina de la
peligrosidad del sujeto, condenada por la progresista Corte Suprema,
discrimina antiprogresitamente y para colmo de males se fundamenta en
instituciones arbitrarias, retrógradas y oscurantistas como la propiedad
privada y la libertad de contratar, que eso y no otra cosa es el "derecho de
admisión".
Derecho de admisión, propiedad privada y libertad de contratar que son
bombardeados incesantemente por la jurisprudencia progre. Un colegio privado
expulsa a un alumno, es un exceso en el derecho de admisión. Recuérdese el
caso de Heladerías Freddo, que fue obligada por la justicia a contratar
mujeres. Una empresa obligada a contratar. ¿Obligar a alguien a contratar no
es un disparate? No, que va. Es constructivismo jurídico, muy progre. El
diario El Día del 22 de octubre informa sobre un/a travesti que se queja de
que lo/la echaron de dos boliches en base al derecho de admisión, y acusa a
los propietarios de discriminarlo/a.
Ante la prohibición de Racing Club, el señor Rafael Di Zeo, sindicado como
Jefe de la Doce y casado con una ex secretaria privada del gobernador Solá,
presenta una acción de amparo, junto con otros siete hinchas de Boca, ante
el Juzgado Correccional N° 3 de Lomas de Zamora, a cargo del Dr. Raúl Daniel
Calvente, quien se declara incompetente por razones formales, girando el
expediente al Tribunal Oral N° 8, quien lo sortea, cayendo nuevamente en el
Juzgado de Calvente. El Juez es socio y plateísta de Boca, lo que ha
despertado suspicacias en el periodismo y aún en el Gobierno. El Juez
"confesó" que es de Boca, llegó a decir Mario Gallina, titular del
COPROSEDE.
Sin embargo Calvente, que tiene una postura garantista en materia penal [2],
y es colaborador del Observatorio Permanente de los Derechos Humanos, falló
con arreglo a derecho de acuerdo a su lógica garantista. Aquí el incoherente
es Arslanián.
Dice el Juez en declaraciones periodísticas: "La decisión del Club (Racing)
no tenía consideración a un marco legal mínimo, no existía un proceso y por
ende, las sanciones, al menos hasta que se cambie la Constitución, las
aplican los jueces y no las instituciones" Y remarcó "que no existe ningún
elemento que permita restringir en forma alguna la libertad de esta gente".
A este razonamiento del juez yo –pero no Arslanián- puedo objetarle que la
decisión de Racing no es ninguna sanción sino el mero ejercicio de la
libertad de contratar, que conlleva la libertad de no contratar. Y así como
para el juez no existe ningún elemento para restringir la libertad de los
hinchas, tampoco existe ningún elemento que permita restringir la libertad
de Racing para NO CONTRATAR. ¿Por qué yo lo puedo decir y Arslanián no?
Porque yo no soy garantista y Arslanián sí, y en la lógica garantista
Calvete tiene razón.
Si consideramos además que los presos sin sentencia firme podrán votar, es
decir, ejercerán su derecho nada menos que a elegir a quienes regirán el
destino de la Patria, no se ve con claridad por qué Di Zeo, que no está
prófugo de la Justicia, no puede ir a la cancha a ver un simple partido de
fútbol. Es totalmente absurdo.
¿O es que la presunción de inocencia y las garantías rigen hasta que le
complican la vida al Ministro de Seguridad bonaerense?
Si es así, enhorabuena. Es señal de que la realidad está superando a las
teorías.
Siguiendo con la plena vigencia del Estado de Derecho, ¿qué hace el Poder
Ejecutivo ante la orden Judicial? Suspende el partido y amenaza al Juez con
hacerle un juicio político.
Ante esta amenaza Calvete, que es de Boca, pero parece que no tiene aguante
como la Doce, SE EXCUSA DE INTERVENIR.
Así da gusto.
En definitiva, ¿por qué el Dr. Arslanián suspendió el partido?
Porque un juez autorizó el ingreso de ocho (8) personas al estadio. OCHO.
¿La Policía no puede controlar los movimientos de ocho tipos?
Pero por suerte no pasó nada grave y el partido se va a jugar.
El señor Di Zeo ha dicho que para evitar más problemas no va a ir a la
cancha.
Señor Di Zeo, los hinchas de Boca y los de Rácing le agradecemos que usted
pueda garantizar la seguridad en la Provincia de Buenos Aires.
Con este gesto magnánimo parecería que va a cerrarse el incidente. Pero la
grandeza de espíritu de Di Zeo no alcanza para frenar la inseguridad en las
escuelas.
¿Suspendemos las clases?
Los asaltos en los restaurantes.
¿Cerramos los restaurantes?
¿Cuál es la solución?
Yo no sé, no soy garantista.
Apenas soy de Boca
¡Ay Boquita de mi vida,
yo solo quiero verte campeón!
[1] "La Reforma de la Enseñanza", Editorial Vórtice, Bs. As.,
1993, págs. 189 y ss.
[2] Ver suplemento deportivo del diario "La Nación" del 21 de
octubre, págs. 2 a 4, y noticia en primera plana del diario "El Día" de La
Plata, de la misma fecha. De allí se extraen los datos.
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