Empiezo con el mail que cuestiona con más dureza – y con algunas observaciones que comparto – el artículo que puse en la página:
Abel:
Con relación a la nota que enviás de La Nación creo que la misma es bastante
mala y no porque su escritor sea de derecha. Es mala porque creo que lo que
plantea no es cierto. Porque dudo mucho, por ejemplo, que un empleador vaya
a tomar o no a una persona por si está o no está esterilizada.
Lo relativo a las libertades individuales, debo recordarle al Sr. Oviedo que
drogas como el Rohypnol fueron muy usadas por los drogones de los ochenta y
ese es el motivo de la prohibición. Ahora yo coincido con él en que si uno
quiere drogarse es su problema personal y ajeno a la voluntad de los
magistrados. Pero que se le va a hacer, la sociedad tiene un discurso progre
y prácticas fascistas.
En lo tocante a la esterilización, creo que el tema es cultural y no
monetario. Cualquier persona de clase media que no quiera tener más hijos,
paga la operación y listo.
Entre los más pobres, esto de esterilizarse, ni entra en el vocabulario.
Después existen casos heroicos como el de mis viejos, pero estos no entran
en las estadísticas. (N. E.: el que escribe es uno de once hermanos)
En cuanto a poblar la Patagonia, disculpame, me parece una buena idea, pero
que nada tiene que ver con el tema de la esterilización. Si podría tener que
ver con la falta de inserción de muchos jóvenes en nuestras grandes
ciudades. Si podría tener que ver con el hacinamiento y la falta de
oportunidades para todos. Pero claro, estamos inmersos en una sociedad
facilista que prefiere subsidiar a la pobreza que esforzarse por cambiar
seriamente la realidad social de algunos.
Por último, y para terminar con la mezcolanza de cosas, te quiero decir que
lo del aborto es una discusión absurda. Basta mirar las cifras de los
abortos que se practican con ley o sin ley, con permiso o sin permiso, con
moral o sin moral, para ver lo absurdo del tema.
Bueno, te quería escribir para dejarme mi pequeño aporte.
Nos comunicamos en otro momento.
Un abrazo peronista.
Agustín Morato
El siguiente mail también cuestiona lo que dice Oviedo, pero desde una
visión feminista que me parece que, significativamente, no pasa por “el
derecho a disponer del cuerpo”, que igualaría un feto a una uña encarnada
Acerca del pretendido abordaje económico de las cuestiones sociales, es el discurso de quienes pretenden abordar el tema sólo desde la economía. Digo esto porque, tan tiernos como siempre, hacen silencio sobre las cuestiones principales. Nadie se hace cargo de revisar el rol de la paternidad, que es complementario con el de la maternidad. La cuestión no es si esterilización sí o no. Si esta es necesaria es sólo porque no se puede poner el cascabel al gato ¿dónde están los padres? ¿cómo se hace cargo la tribu humana occidental de su cría? Admítanlo, nuestros hermanos tribales de los pueblos de América originaria no tienen estos problemas.
Pero en Occidente hace falta que sus instituciones básicas autoricen,
legitimen la voz, la perspectiva femenina en la construcción del poder
social.
No es sólo el capitalismo neo o super liberal el que desconoce esta
realidad.
Son las instituciones legitimadoras de la inequidad: los dueños (centrales
científico políticas) de las hoy pretendidas ideologías humanistas, y
quienes detentan el poder en las instituciones religiosas.
Este debate recién comienza.
No resuciten a McNamara.
Ocúpense de lo que ocurre
Cristina Andreu
Hmmm… Cristina, me parece que no es necesario resucitar a McNamara. Vive en
el “alma” de sus funcionarios y, sobre todo, en los “think tanks” más
prestigiosos. Las instituciones religiosas – la Iglesia Católica no es la
única que existe, aunque a veces parecería así en el discurso de los que la
critican – tienen una filosofía más humana, aunque estoy de acuerdo que se
han quedado en planteos rígidos. Mi viejo amigo Leo, que reside en España,
también tiene críticas muy duras, y “se quedó en el ´45”.
Este debate, amigo mío, tiene a mi humilde entender, algo, o mucho, de
artificial. Parece más apropiado entre una derecha católica y un progresismo
socialdemócrata. A mi entender, ambas categoría políticas están alejadas del
sentir de las mayorías (como siempre), pero muy cerca del mantenimiento del
poder (es decir, del tener para poder. etc.).
Que el estado promueva la esterilidad, no le sirve para nada a los intereses
de los pueblos. Les serviría, en todo caso, que se volviera a las viejas
fórmulas de incentivar por ley los nacimientos a través de los salarios. ¿No
recuerdas las épocas en que un trabajador con cuatro hijos ganaba casi más
por hijos que por sueldo?
O leyes que protejan a la mujer, por su sola condición de serlo, incluso
pagando un salario por ser ama de casa, y aumentarlo por ser madre (al
margen del "marido"). Unas ideas que una señora que vivió por ahí, que
algunos llamaban Evita, no pudo concretar en su momento.
O leyes que gratifiquen la enseñanza a los que no pueden pagársela, incluso
la universitaria; en fin... muchas cosas por todos conocidas...y por todos
ignoradas.
.....
un abrazo
Leonardo Camino
Mi amigo Gerardo, un hombre de fe cuyos ideales no están lejos de los que
escribió Leo, prefiere hacer gala de erudición e ironía en su comentario,
pero tampoco puede ocultar su nostalgia por algunas banderas que supimos
levantar
Es un tema interesante.
Los antiguos griegos, que vivían en polis pequeñas y gran población rural,
manejaban el tema de la población como variable de ajuste. Si había hambre,
vendían esclavos y limitaban su reproducción.
No es cierto que la mucha población impulsara las guerras. La potencia
bélica no pasó nunca por la cantidad de soldados.
En la modernidad, es Malthus el primero en plantear el problema. Tuvo razón,
ciertamente, porque nadie esperaba una respuesta tecnológica a semejante
crecimiento de la población.
El comercio internacional de alimentos solucionó el problema. EEUU, Canadá,
Argentina, Australia,… exportaron sus carnes, cereales y algodón en exceso.
McNamara nuevamente tiene razón en los sesenta, como Malthus dos centurias
previas. Pero su planteo es diferente. La hambruna será en el mundo pobre. Y
acertó.
La China de Mao fue el único país pobre que contuvo el crecimiento de su
población.
La superreproducción se da hoy en África y los países mestizos de
Iberoamérica, y cada menos en Asia.
Hay un efecto inercial en los países pobres respecto de la cantidad de hijos
que una mujer está dispuesta a traer al mundo.
Si era habitual que la mitad muriera en la infancia, había que tener cuatro
para mantener la población. Pero si muere uno de cada cuatro, basta con
tener tres.
Sin embargo, la inercia cultural hace tener más hijos que los que la tasa de
mortandad indica.
Solo cuando la cantidad de niños es demasiada, los padres paran de
engendrar.
Y quién decide esto es la mujer, mediante el aborto.
En Brasil el hombre considera ofensivo usar profiláctico.
Argentina es dos países: uno digamos francés, donde los hijos se tienen
siguiendo los valores y criterios franceses. El otro es africano, o
brasileño pobre, donde se los tiene por costumbre.
La aparente paradoja que Abel plantea no es tal. La autocastración como
variante radical del aborto parece una conducta adecuada para la población
marginal.
Si el Estado y la Sociedad no harán nada por integrar a esos millones de
niños por nacer, mejor que no nazcan.
Todo rastro de la inmensa vocación integradora e igualadora que fue le
esencia de la revolución peronista desapareció desde 1955.
Lo que hace que Buenos Aires no sea igual que San Pablo, es que aquí el
delito grande y mediano lo maneja la clase media y allá los pobres. El
delito brasileño es una forma de ascenso popular, en tanto que aquí es una
forma de represión "clasista".
Aquí no hay mafias populares, todas son de clase media. (Robo de autos y
camiones, contrabando, droga, prostitución, etc.)
Gerardo
Aquí me llegó un mensaje muy breve… pero no lo entiendo
Como dice el articulo todo tiene varias caras, pero una cuestión que yo revisaría es la de considerar al país subpoblado.
Susana Curto - Geógrafa
Susana, yo no soy geógrafo, pero… vos no estarás confundiendo un semicírculo
de 150 kms. de radio en torno al Obelisco con el territorio nacional?
Arrivillaga, en cambio, hace una disquisición sobre la autoría intelectual
de la ley de esterilización.
Te corrijo: más que el de Mc Namara es el triunfo de Hitler, un personaje extrañamente devaluado.
Analicemos un poco la cosa,… la eugenesia, de eso se trata en el fondo la
cosa, fue propuesta por el hijo de Darwin con la aplicación de gas letal, y
esa ocurrencia la tomó el cabo austriaco trasladándola a los judíos, más
católicos y luteranos disidentes - hay medio millón en Auschwitz, recuerdo
mi extrañeza cuando vi los relicarios y las placas y hasta el propio
daguerrotipo de la princesa de Saboya abatida allí - y en todo esto hay
cierta coherencia.
Con una diferencia, Hitler era un esterilizador hacia las otras razas y un
vigoroso subvencionador de la propia.
………………………………………………………..
Si en cambio estamos por la liquidación de la familia patriarcal - ese es el
nudo del asunto para el feminismo progresista - permitamos que los hombres
con vocación conservadora sean patriarcas solitarios dejando a las mujeres
para el placer o displacer sexual - el tema esta en arduo ballotage - como
hermosas vacas yaciendo en las Pampas.
¿Dónde esta el teléfono de la privada de Ginés González García?
¿Lo tiene acaso el Hijo de Reco?
¿Cuándo puedo tramitar una audiencia?
Saludos.
Edgardo Arrivillaga
El siguiente mail pertenece a una amiga mía abogada que, con la cautela de
su profesión, me dijo mucho más que lo que me permite poner por escrito.
Igual, hace una advertencia que un gobierno serio debería tomar en cuenta
Abel:
Al fin aparece en tu página un tema que me interesa y mucho. Sobre el aborto, espero concurrir a una charla en el colegio de abogados la semana próxima, a ver que dicen - "Derecho al aborto ¿sí o no?", es el título. … Con respecto al tema desde lo jurídico, no existe en la legislación nacional ni en los tratados internacionales posibilidad alguna de incluirlo como derecho. Pero se está haciendo una parcial lectura de los textos internacionales para su defensa. Total, los diplomáticos siempre se las arreglan para poner cláusulas para dar argumentos a un lado y otras cláusulas para dárselas al contrario.
Afortunadamente, esto da de vivir a los abogados.
Pero sobre el tema de la esterilización, hay un costado más macabro que no
se habla. Primero, habría que ver en las provincias que se aplica las
estadísticas sobre morbilidad en las operaciones, y además, la edad de quien
solicita la misma, estado civil y cantidad de hijos, y fundamentalmente
sexo.
¿Quiénes se esterilizan más, hombres o mujeres?
Además, sé que ya existen casos de arrepentimiento. El tema más complejo
desde el punto de vista legal es la cantidad de demandas que va a recibir el
estado, en caso de irreversibilidad de las intervenciones. No parece tan
fácil revertir la esterilización por un lado, y por el otro ya van a
aparecer las o los que basándose en una mala información recibida en el
hospital público o en un vicio de su consentimiento (cuando llenaron los
formularios en el hospital), por falta de conocimiento o información
suficiente, soliciten la consiguiente reparación pecuniaria por daño moral.
En Neuquen (creo) ya hay algún caso de arrepentimiento, así que el estado deberá costear la nueva intervención, sin garantías de éxito.
Bueno Abel el tema es mucho más de lo que nosotros enunciamos y el
columnista de la Nación.
Besos.
Lila Guzmán Novoa
Esta otra lectora no escribe como abogada, evidentemente, y da por hechas
consecuencias posibles de las prácticas médicas aprobadas por esta ley
El artículo miente, dice que tendrán oportunidad de elegir, esto no queda
ahí, será un sándwich si te dejas esterilizar, matan varios pájaros de un
tiro, una mujer que no procreará uno, dos o más hijos, y que pronto la madre
contraerá una enfermedad que no sabrá a que atribuir y también morirá.
Gracias
Susana – Foro “TODAS LAS VOCES”
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