Los diarios argentinos, como no podría ser de otra manera, han tomado nota que la recreación de una empresa petrolera nacional está – gracias a Evo – sobre la mesa. Quiero rescatar parte de un muy buen artículo que – a pesar del prejuicio que causa aparecer en un diario oficialista – apunta a uno de los datos claves del problema: “Revisando los porcentajes de la distribución de la renta petrolera, el Estado argentino es el más dadivoso”
por Alfredo Zaiat – Página 12 – 6/05/06
“…Como en los países desarrollados el petróleo es una política estratégica
nacional no requieren de empresas estatales. El investigador de la Universidad
del Salvador, Federico Bernal (bisnieto del ingeniero Enrique Hermitte, quien
fuera descubridor del petróleo en la Argentina), señala que las petroleras y
esos gobiernos están íntimamente relacionados. Brinda el ejemplo de Repsol-YPF,
una compañía ciento por ciento privada, con un nuevo presidente (el catalán
Antonio Brufau) que responde a la política del Partido Socialista Obrero Español
en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Lo mismo sucede con “Total en
Francia, donde el presidente francés forma parte de la plana ejecutiva de la
compañía”, apunta. “Por eso es fundamental que los países de la periferia
–afirma Bernal– tengan una empresa estatal, porque si dejamos librados a que el
petróleo caiga en manos privadas, en su mayoría son empresas extranjeras.”
Petrobras (Brasil), Pemex (México), PdVSA (Venezuela), PetroEcuador y ahora YPFB
(Bolivia), con sus particularidades, son empresas estatales que habilitan, con
un mayor o un menor porcentaje pero siempre más de la mitad, la captura de la
renta petrolera por parte del Estado nacional. “La Argentina es el único país en
el mundo donde el petróleo está en manos trasnacionales”, sostiene Bernal.
En el actual escenario energético regional de recuperación de la renta petrolera
y panorama mundial convulsionado por la captura de áreas sensibles, el esquema
argentino no sólo ha quedado descolocado sino que también se ha transformado en
inconsistente. En la década pasada, el modelo energético cambió de uno estatal a
uno privatizado, pasando el petróleo de ser un bien estratégico a un simple
commodity. Argentina comenzó a exportar petróleo y equiparó el precio del
combustible local al valor internacional del barril. Así la renta petrolera pasó
en su totalidad a manos privadas. El actual gobierno intervino en el mercado
desconectando el precio local del internacional, a la vez que aplicó retenciones
a las exportaciones. Esa participación estatal ha sido relevante pero fue
solamente un ajuste financiero en la ecuación de las petroleras. “Es una
concepción muy economicista de lo que es el petróleo”, indica Bernal. En ese
modelo, el petróleo todavía no recuperó su condición de bien estratégico,
continúan las exportaciones en un país con reservas decrecientes y el grueso de
la renta es apropiada por compañías privadas.
La Argentina es, además, el país de la región que recibe el porcentaje más bajo
de la renta petróleo, incluso con las retenciones móviles hasta el valor del
barril a 45 dólares, impuesto extraordinario cuya alícuota quedó congelada en un
contexto que el crudo se está acercando al doble de ese valor de referencia. De
esa forma el aumento del precio del crudo provoca un constante crecimiento de la
renta petrolera en manos privadas, al tiempo que el Estado se queda con una
proporción cada vez menor. Cuando se estableció ese esquema de intervención en
la ecuación financiera de las empresas, la participación del sector público en
esa renta era del 36 por ciento, cuando en el 2001 había alcanzado el 44,6. Pero
ese porcentaje del 2004 continuó descendiendo en los años siguientes por la suba
del barril. México retiene el ciento por ciento de la renta; Brasil a través de
Petrobras, compañía que cotiza en Bolsa, también; Ecuador con la reciente Ley de
Hidrocarburos elevó su captura del 18 por ciento adicionándole el compartir el
50 por ciento de las ganancias extraordinarias de las petroleras; Venezuela,
según el viceministro de Hidrocarburos, Bernard Mommer, el Estado está
percibiendo el 87 por ciento de las ganancias de las empresas mixtas, además de
la totalidad de PdVSA, y ahora Bolivia, con el decreto de nacionalización,
estableció un mecanismo de distribución de 82 por ciento para el Estado y 18 por
ciento para las empresas. Vale recordar que en Chile, que no tiene petróleo pero
sí cobre, el Estado retiene el ciento por ciento de la renta de su principal
recurso natural. Con más o menos presiones, con gritos o cara de enojados, las
petroleras no abandonarán esos países que alteraron las reglas de juego. Y las
pocas que puedan hacerlo serán reemplazadas por otras que están haciendo cola
para ingresar a esos mercados. Revisando los porcentajes de la distribución de
la renta petrolera, el Estado argentino es el más dadivoso. Siempre se dice que
la Argentina es una tierra de corazones abiertos, un país generoso.
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