Agosto 2005
por Pablo Stefanoni
Artículo publicado en la revista PULSO de Bolivia
El domingo 31, Evo Morales fue proclamado oficialmente candidato presidencial
del MAS en un ampliado nacional. Allí también se discutió el programa de
gobierno de esta fuerza política de izquierda. La candidatura a
vicepresidente sigue vacante. Una crónica de las dos jornadas de debate.
"Sólo un hombre que nació en la Bolivia marginada, que conoce el hambre y la
miseria, puede garantizar que en este país no haya más exclusión", respondió
el diputado Santos Ramírez a la pregunta de por qué Evo Morales debe ser el
candidato a Presidente por el MAS. "Evo ha mantenido una conducta
inclaudicable en la lucha contra el neoliberalismo y contra el Imperio",
agregó, y los elogios al jefe partidario continuaron entre los dirigentes
departamentales del MAS y las organizaciones sociales que apoyan su
candidatura.
En el coliseo de la Coronilla, en Cochabamba –donde Evo Morales fue
proclamado el domingo 31 candidato oficial del MAS– predominó la sensación
de que "esta vez podemos ganarle a los partidos tradicionales" y de que los
participantes de este proyecto político pueden conseguir lo que, hasta
ahora, nadie ha conseguido: que un indígena reciba el bastón y la banda
presidenciales.
También hay algunas certidumbres, por ejemplo, que el proyecto de cambio
(que en otras oportunidades, como en 1952, requirió de una revolución
armada) ahora puede lograrse mediante el juego democrático. "Hoy el Imperio
levanta sus armas contra los pueblos que luchan por su liberación. Nosotros
no tenemos que responder, como en otro tiempo, con la lucha armada; tenemos
que organizarnos en base a la conciencia, como en Venezuela, para derrotar
al imperialismo norteamericano".
En ese sentido, la consigna "Ahora es cuando" parece más que un eslogan electoral: representa la voluntad de que las movilizaciones populares de los últimos años –especialmente desde abril de 2000– tengan como correlato el triunfo en el terreno electoral de las fuerzas que se consideran sus abanderadas. Y, entre esas fuerzas, sobresale el MAS, creado hace diez años como el "instrumento político" de los sindicatos campesinos y único movimiento político-social surgido de la acción colectiva popular que logró desbordarse desde lo local hacia lo nacional.
Haciendo gala de su fama de hiperactivo, el "líder indiscutible" –como denominaron varios oradores a Evo– llegó casi sin dormir: "Me acosté a la 1:30 de la mañana, porque estuve abocado a las olimpiadas del trópico de Cochabamba, y me levanté a las 4 para llegar puntual a la reunión", abrió el juego Morales, quien dirigió las dos jornadas de discusión con intervenciones de tono pedagógico no exentas de reproches –muy aplaudidos– a los asesores y dirigentes regionales que debían responder a tres cuestiones: programa de gobierno, bases para la elección de candidatos e ideas para abordar la campaña electoral. Lo cual fue hecho de manera muy general y con ideas aún difusas acerca de por dónde empezar a pensar un escenario postneoliberal. Los ejes del programa de gobierno del MAS serán la nacionalización de los hidrocarburos, la Asamblea Constituyente ("que refunde el país") y el apoyo a la producción nacional. Y los palos fueron para el "modelo neoliberal", "los partidos tradicionales" y "el imperialismo yanqui".
Esta tienda política navega en un mar de ambigüedades que deberá resolver en
el primer tramo de la campaña. A diferencia de la vieja izquierda, los
intelectuales cercanos al MAS responden en mayor medida a la figura del
"asesor" que del "intelectual orgánico" de antaño, y la tensión entre
dirigentes sociales y asesores es una constante al interior de este
movimiento campesino-popular. "Hablamos de nacionalización: ¿qué clase de
nacionalización queremos: expulsión de las transnacionales o nacionalización
concertada?", disparó el líder cocalero hacia el final de la primera
jornada. Y continuó: "Decimos industrialización del gas: ¿con qué plata?;
hablamos de la deuda externa: ¿proponemos desconocimiento, reprogramación o
condonación?, ¿qué efectos puede traernos cada alternativa?; queremos una
Asamblea Constituyente para refundar el país: ¿cómo vamos a garantizar una
mayoría indígena y popular? En las intervenciones sólo hay menciones
generales a estos temas y debemos ser responsables porque somos la primera
fuerza del país... algunos sólo están preocupados por salir elegidos
diputados", remató desde la testera.
Las preguntas del jefe masista sólo fueron parcialmente respondidas en la segunda jornada. El referente económico del MAS, Santos Ramírez, expresó que en caso de llegar al poder se demandará la condonación total de la deuda externa y se buscará socios –incluyendo empresas extranjeras– para explotar los hidrocarburos, "pero con el Estado boliviano como socio mayoritario". Y una paradoja, advertida y reprochada por el propio Morales, quizás un extremo no deseado de la "descocalización del MAS", trasformado en la principal fuerza nacionalista en el país: en la primera ronda de propuestas por departamento no se mencionó ninguna referida a la problemática de la coca.
Los diez mandamientos masistas incluyen –además de la nacionalización y la
Constituyente– la ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, tendiente a acabar con la
corrupción; la ley Tijera de austeridad estatal; la ley Elizardo Pérez de
"revalorización de nuestra cultura"; y la ley Andrés Ibáñez "de autonomías
en un marco de unidad nacional". Además de un plan de seguridad ciudadana,
otro de desarrollo productivo y una ley de tierra "productiva y con
seguridad jurídica".
Con relación a la Asamblea Constituyente, circula un preproyecto de ley de
convocatoria "para asegurar un 60 por ciento de representación indígena". El
mismo consiste en la elección de tres constituyentes por circunscripción
–incluyendo una mujer–. Dos para la mayoría y uno para la minoría, excepto
que la mayoría obtenga más del 50 por ciento de los votos, en cuyo caso se
queda con los tres representantes. También se pronunciaron por una Asamblea
con poderes ilimitados, deliberante y sin pactos previos. "Mientras Tuto
Quiroga y Doria Medina elaboran sus programas con los técnicos del Banco
Mundial, nosotros lo hacemos desde lo más profundo del pueblo", se
entusiasmó Santos Ramírez.
"Ningún partido neoliberal va a garantizar la Asamblea Constituyente ni la
nacionalización; cuando dicen 'hay que bloquear a Evo Morales’ están
diciendo que van a bloquear las reivindicaciones sociales, pero con
hamburguesas o cemento no van a bloquear al pueblo boliviano", dijo Morales
en obvia referencia a Doria Medina. La creación de un Ministerio de Riego o
una cartera de Hidrocarburos en la sombra formaron parte también de los
anuncios del líder masista. "El ministro de Trabajo tiene que ser un obrero,
el de Riego un regante, el de Minería un minero…", improvisó a modo de
anuncio.
Nuevos aliados, viejos adversarios
La oportunidad para proclamar al candidato de izquierda fue aprovechada para presentar apoyos de reciente cosecha. Entre ellos, la Federación de Cooperativas Mineras, la de micro y pequeños empresarios, sectores empresariales cochabambinos, algunas federaciones provinciales de maestros y la mayor parte de las organizaciones indígenas del oriente boliviano. "Convocamos a la COB, a los alcaldes antineoliberales y a todos los movimientos sociales... necesitamos tener una mayoría absoluta, no podemos gobernar mediante pactos", dijo Morales, quien convocó a los militantes a compartir las candidaturas con los nuevos aliados y a dejar atrás las peleas internas.
En el acto sobrevolaron las acusaciones del subsecretario de Estado de EEUU
para América Latina, Roger Noriega, que la semana pasada denunció desde el
Capitolio que "No es un secreto que Evo Morales se reporta a Caracas y La
Habana, donde tiene sus mejores aliados". Algo similar habría sido repetido
algunos días después por el ahora ex ministro de Hacienda Luis Carlos Jemio.
"Chávez y Fidel no son ningún eje del mal, son comandantes de las fuerzas
libertarias en el continente", devolvió el referente del MAS al final del
discurso de proclamación. "Cuando los pueblos pierden el miedo al imperio,
sus acusaciones se transforman en nuestra fortaleza y, otra vez, el MAS
tiene 'jefes de campaña’ en Washington", añadió.
El desafío de este partido –hegemónico en el campo– sigue siendo enamorar a
los sectores populares y medios de las grandes ciudades; de allí el cuidado
en la selección de un candidato a vicepresidente que funcione "como
complemento" de Evo luego del fracaso de la alianza con el "frente de los
alcaldes". Una de las cartas que más sonó en los últimos días es la del
sociólogo Álvaro García Linera –en la lógica de "reforzar el occidente" con
un candidato que comparte el proyecto político– mientras algunos insisten en
nombrar una cruceña "para conquistar al oriente".
"Estamos cerca, podemos ganar, pero hace falta más movilización, más
organización, menos peleas internas y atraer a la gente", cerró Morales,
convencido de que "la conciencia puede ganarle a la plata".
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