La net de Hugo Chávez no es la guerra total

Julio 2005

por Edgardo Arrivillaga

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Hoy sale la televisora multiestatal Telesur planteada como un medio comunicacional de masas destinado a difundir la imagen latinoamericana y con corresponsalías en varios países, entre ellos la Argentina, socia del proyecto a través de Ana de Escalom, esposa del diputado, periodista y escritor Miguel Bonasso y directora de Canal 7.

La emisora tiene 160 empleados, varias corresponsalías y un capital operativo de 10 millones de dólares.

Apunta a crear no solo una sinergia comunicacional entre gobiernos, sino también entre universidades latinoamericanas y esto último ya suena un poco aburrido.

La iniciativa periodistica surge en el medio de una anunciada guerra de ondas entre el bolivarismo de Hugo Chávez , y la presión americana y de los antichavistas que lo acusan de querer diseminar vientos de revuelta en el subcontinente.

Pero todo esto es prematuro. Y todavía no esta demasiado clara la cosa.

El asunto consiste en examinar si es una iniciativa genuina o simplemente la concreción de un papel de trabajo y de negocios que llega un poco a destiempo a la región.

En algunos aspectos la iniciativa recuerda los movimientos del primer gobierno de Perón para formar tanto una central Eurolatina de difusión, que tuvo su sede en Paris, así como las organizaciones de periodistas que se nuclearon en ATLAS y que dieron origen al libro Azul y Blanco de la prensa argentina editado por la Organización Nacional del Periodismo Argentino en 1951, que salió enfrentando al Libro Blanco motorizado tanto por la SIP, reunida en Montevideo, como por el gobierno americano que todavía no había enterrado totalmente el enfrentamiento Perón - Braden.

Luego llegaron las actas de Chapultepec a las que la Argentina adhirió.

Lo de Chávez, que tiene la fuerza de la masividad televisiva - el peronismo era gráfico y radial - nuclea a gobiernos que no tienen un enfrentamiento tan sobreactuado con Estados Unidos, ni mucho menos liderazgos tan incontinentemente retóricos como el de Chávez quien ha sido calificado por The Financial Times como el nuevo modelo populista peronista para América Latina. Y también una alternativa al marxismo aunque peligroso, según el mismo medio.

Pero en verdad los problemas de la nueva emisora no serán planteados por la difusión de la pobreza o el subdesarrollo en América Latina. Ya lo hace abundantemente la CNN y también lo ensayó Tiempos del Mundo del reverendo Moon, otro intento de latinoamericanizar la información que fracasó en la Argentina, justamente porque al consumidor local le interesa bastante poco la cotidianeidad de América Latina.

Le interesan sus crisis, sus hembras y sus dramas pasionales de telenovela, pero poco su vida banal y común..Ni siquiera los terremotos. Se interesan más por el tsunami asiático que por los mordiscos de los tifones del Caribe.

El problema central se planteará por los enfoques en torno a temas mucho mas estratégicos para los americanos: el terrorismo internacional que se desarrolla modificando las agendas diplomáticas de todos los países, el conflicto con las FARC en Colombia y en general las posiciones de la revolución bolivariana que se enfrenten a la doctrina de seguridad global propuesta por Washington y Al Quaeda de forma convergente. Un mundo en guerra total y absoluta contra el terrorismo fundamentalista islámico difícilmente acepte una Al Jaseera a sólo 2 horas de Miami.

La guerra electrónica que anuncian las agencias pasara exactamente por esos puntos y no por la receta de los frijoles nicaragüenses o guatemaltecos o algún extraordinariamente extenso reportaje a Fidel Castro o a García Marques.

Otra cuestión para examinar de la nueva emisora, pasa por la publicidad oficial, las sinergias con los países que la integran y por un dato que no se le puede escapar al presidente venezolano. Desde hoy Petróleos de Venezuela tiene un medio de difusión propio y los medios obligan al pragmatismo del mercado productivo en una economía basada casi exclusivamente en la exportación petrolera.

En los próximos meses Chávez tendrá que arbitrar entre sus intereses petroleros, su rol de estadista, las claves de su política exterior y un medio estatal que lo obligara a editorializar cada paso de su gestión, involucrando, al mismo tiempo, a los otros gobiernos de la región. Y el silencio será también una forma tangible de editorializar la cosa.

Esto puede rápidamente llevar a una situación de inviabilidad editorial, entre los intereses de los socios de Chávez.-incluyendo sus activos Círculos Bolivarianos que se encuentran en Houston y no en Pakistán-y las presiones americanas sobre los socios moderados de la cadena televisiva chavista . Aunque desde luego también a Estados Unidos le resulta mas interesante la confrontación en el éter que los concretos pedidos de patrullaje y desembarcos que propone la oposición antichavista

.En ese caso habría que preguntarse ¿quien es realmente funcional a quién ?

Si esto es así, en sus distintas variables, la guerra de ondas pasara por un momento de tensión para luego replegarse sobre cosas mas concretas: educación, cultura, turismo y hasta alguna publicidad de la Unión Europea. Después de todo la oficina más importante de PVDS se encuentra en Europa y no en la Argentina.

Y la guerra de ondas - en ese caso - pasará por una indefinición anticlauswitziana - ni paz ni guerra - y el resultado será de muy baja intensidad. Un periodismo - estatal o no - que no perfore la realidad social ni la adormezca se convierte fácilmente en una inviabilidad comunicacional. En una simple coartada.

Entre tanto veremos si el canal chavista es más entretenido que Canal A.
 

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