Europa: show the flag?

Junio 2005

por Strategicos

La reivindicación de los combatientes franceses en Argelia no puede solo atribuirse a maniobras de politiquería interna. El problema es mas complejo. A partir de la derrota de la Constitución Europea es probable que veamos un renacer de los nacionalismos europeos-ya algo se percibe en Alemania y naturalmente en Londres.

 

Pero también en Moscú las próximas maniobras de Putin apuntan a restablecer la Confederación de Estados Mancomunados, el experimento de matriz británica, que viene a paliar las insuficiencias del sistema para mafioso desatado por la apertura democrática en una clave casi latinoamericana. Efectivamente si analizamos la agenda del ruso de la última semana es bastante reveladora. El lunes recibió a Tony Blair, el martes mantuvo un largo coloquio con Bush y el miércoles tuvo de huésped a Sonia Ghandi en San Petersburgo .El interés de Blair y de los americanos consiste en como encarar la reforma administrativa de las Naciones Unidas, ya que esa operación de ajuste es algo que se viene dilatando pero llega pausadamente como una incomoda visita al dentista. La ONU era un espacio de negociación en los tiempos de la guerra fría. Ahora su valor político ha mutado y también la calidad intrínseca de los organismos que la vertebran.


Esto significa que Rusia con su puesto permanente en el Consejo de Seguridad, o mejor dicho el nacionalismo ruso, vuelve a entrar en escena Y sigue siendo el primer productor en su flanco asiático de petróleo, gas y minerales vitales.


Pero también del lado de la Europa Occidental hay maniobras consistentes, el fracaso de la Constitución es un fracaso de uno los términos esenciales de la globalización financiera europea y abre serios interrogantes sobre el futuro de la unidad continental.

 

Tanto que la federación europea que realmente se discute entre Paris,  Roma y Berlín se parece mas al Imperio Romano – que jamás tuvo una centralidad administrativa definida - que a los Estados Unidos de América forjados por el Winchester de los ejércitos norteños y las milicias campesinas de los estados combatientes de Washington y Pensylvania.


Alemania es la clave de Europa. Francia no quiere permanecer al margen y los países inexistentes como Finlandia o Portugal ya lo eran antes de la caída del Muro de Berlín. Seguirán siendo entidades abstractas y a nadie realmente interesan salvo a las firmas Nokia o Ericsson.
Nunca han contado demasiado en los problemas serios europeos.


Pero el problema es Alemania que representa el 22 por ciento de la población de la Unión y posee el producto bruto más potente, pese a la crisis, de todos los otros países europeos salvo Gran Bretaña.


La constitución sepultada daba a Alemania un rol específico y superior dentro de una miríada de países insolventes y en el fondo poco relevantes. Introducía un criterio de proporcionalidad que le otorgaba automáticamente un piso de al menos un cuarto de los votos decisivos para resolver las cuestiones estratégicas.

 

Pero eso no será posible y por lo tanto no habrá un teléfono - como sostiene Rumsfield, parafraseando a Kissinger – para comunicarse con el canciller europeo, el ministro de defensa europeo o el economista de la Unión.


Los franceses, que ahora reivindican a sus soldados combatientes en los territorios de ultramar, detestan al liberalismo anglosajón mientras los holandeses temen por la horda musulmana. Pero ambos conservan un recuerdo vivido, grabado en la filigrana genética de la tradición familiar de lo que puede ser una Europa inevitablemente dominada por los Alemanes.


La reivindicación de la OAS es un paso inicial .Otros vendrán y en general se avizora una Europa mucho mas replegada sobre si misma e introvertida pero que rescata viejos valores nacionalistas que en el caso francés pasan por la derecha.


Los argentinos que combatimos la guerra del pollo, el calzado y las cebollas contra Brasil nada podemos hacer al respecto.


Pese a ello, alguien debería pensar que la reivindicación de Salan, Lagalliarde y Trinquier, los vértices de la OAS encuentran su correlato inevitable en lo que puede suceder en la Argentina si el centro-derecha pausadamente va ganando sus espacios.


Examinemos la información francesa.
Asunto: Francia
Importancia: Alta

No han pasado muchos años y el estado francés ya quiere reivindicar su pasado completo. La ley aprobada el 23 de febrero de 2005 trata de rehabilitar los crímenes y a los combatientes de la guerra en Argelia entre 1954 y 1962.

El próximo 6 de julio el ayuntamiento de Marignane (en la periferia de Marsella) tiene previsto inaugurar un monumento en memoria de Roger Degueldre y realizar una manifestación en memoria de los caídos de la OAS (Organización Armada Secreta). Degueldre fue el creador de los comandos 'Delta', de la organización paramilitar de extrema derecha OAS, durante la guerra contra Argelia. Condenado a muerte por el tribunal militar de justicia, fue fusilado el 6 de julio de 1962.

La Ley francesa de febrero ordena a los profesores de historia, en su artículo 4, reconocer "el papel positivo de la presencia francesa en ultramar, particularmente en África del Norte". Y en su artículo 13, rehabilita a los antiguos miembros de la OAS, estableciendo  indemnizaciones a los que fueron condenados, encarcelados o a los que huyeron al  extranjero, restableciéndoles los derechos de los que habían sido privados.

La elocuencia de esta ley denominada reparatoria nos exime de comentarios. Show the flag parece ser la consigna européa luego del fracaso de la unidad escrita.


 

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