¿Políticamente incorrecto o una
declaración de guerra contra la cultura de la muerte?

 

Enero 2005

Por Miguel Garcia Moreno

 

Cromagnon podría considerarse como la parte emergente de ese enorme iceberg de las nuevas generaciones que van a la deriva con su carga de muerte, dolor y abandono. Y se hizo visible por la cantidad de víctimas inocentes y familias destrozadas que nos explotó en la cara. Porque pareciera que las otras víctimas jóvenes que el desorden imperante en nuestra sociedad nos deja a diario, nos fueron acostumbrando a convivir con el horror, a perder capacidad de asombro y ante estos casos tremendos buscar parches de coyuntura para justificar la falta de medidas preventivas con las hipócritas expresiones de que “esto no vuelva a suceder”.

Mientras escribo estas líneas, en la localidad de Monte debe haber comenzado el velatorio de seis jóvenes que al salir de un local bailable en horas de la madrugada estrellaron su vehículo contra un camión.

Esta misma tarde, jóvenes delincuentes que se ocultan en la Villa 27 intentaron robar el toldo de un camión que circulaba por Av. Sáenz dado que debía reducir la velocidad por el calamitoso estado del pavimento, y al intervenir personal policial fue atacado por vecinos de la Villa hiriendo a algunos efectivos.

Y casi a la misma hora, dos policías que detuvieron a un delincuente en proximidades del Obelisco, también fueron atacados por una banda de adolescentes consumidores de pegamento hasta lograr la liberación del detenido.

Y todo esto en un solo día y solamente en la Ciudad de Buenos Aires. Forman la parte no visible para los que no quieren ver del triste iceberg que mencionamos.

Y esto es lo políticamente incorrecto para algunos. Para los que prefieren que mueran miles de jóvenes en accidentes perfectamente evitables, que los devoren a otros miles las drogas y el alcohol, que miles deambulen sin estudio ni trabajo... total siempre quedaran millones para que voten. Porque en esta concepción trucha de democracia, a los cargos se llega para perpetuarse, y cualquier gesto de autoridad puede hacer perder votos. Rinde más frutos desprestigiar a las Instituciones, facilitar el incumplimiento de toda norma porque ser desabrochado trasgresor desde el poder genera un rápido carisma berreta que se alimenta justamente de esos pobres que pierden las esperanzas y la vida.

Este verdadero asesinato de las nuevas generaciones reconoce una matriz ideológica. Es “fachista” reclamar el control de alcoholemia, es antiprogre pedir que un dirigente piquetero sea juzgado por tomar una comisaría, es “autoritarismo” reclamar que se atienda mediante cooperativas de trabajo organizadas a las legiones de los llamados cartoneros.

Y no es un abandono de una determinada clase social. Los millones de fracasos en la Universidad, son otro asesinato lento de la juventud. ¿Nadie se entera? ¿No da votos atender este problema?

La mejor forma de condenar a la juventud a la pobreza y la ignorancia permanente es adormeciéndola con permisividad extrema. La tiranía “progre”necesita de la pobreza y la ignorancia porque en nombre de los pobres se pueden cometer todo tipo de tropelías. 70 Millones de muertos en la ex URSS ó los miles de Quiñónez de la trágica Cuba. Lo importante es que siempre se encontrarán responsables externos a quienes cargarles la culpa.

Prefiero seguir siendo políticamente incorrecto. Seguir predicando que sólo el esfuerzo personal y el estricto cumplimiento de las normas establecidas permiten superar la calidad de vida individual. Seguir creyendo que la libertad es esencial a la dignidad humana. Que la solidaridad y la justicia social no son limosnas a cambio de votos sino gestos que potencien el esfuerzo de cada necesitado.

Explotar la miseria es un crimen de lesa humanidad.

Habrá un tiempo en que Dios se los reclamará. Hoy la Patria debe empezar a demandarlos

 

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