Diálogo

Abrimos este espacio para todos los compañeros que tengan algo que aportar. Empezamos con el fragmento de una carta muy interna, pero que habla de temas que todos nosotros conocemos

Deudas y dudas de peronistas

Mail de Abel Baldomero Fernandez

Noviembre de 2004


...

Quiero continuar con lo que vos decís, adelantando que tengo más dudas que recetas. Voy a tratar de ser breve, de repetir lo menos posible lo que ya discutimos, y - sobre todo - que mis dudas no sean jactancias intelectuales sino las preocupaciones del que tiene que elegir herramientas para una tarea difícil. Al final, hago algunas propuestas mínimas.

Planteás, y yo estoy de acuerdo, que hoy el objetivo más importante para los peronistas porteños que tienen o han tenido alguna responsabilidad en su conducción es... existir. Como vos decís, no tenemos cajas políticas ni cargos relevantes. Contamos – nosotros y muchos compañeros que (aún) no se han incorporado pero con los que compartimos proyectos - con una historia con muchos aciertos y errores, con alguna lucidez para asumirlos, con voluntad, y con unas ideas y valores sobre la Nación y la política mamadas en años de militancia. En realidad, más allá de las válidas ambiciones personales, existimos en tanto podamos aportar a que perduren esas ideas y valores, que son lo que somos y lo que es el peronismo – si es algo más un partido político hegemónico, un mecanismo de ascenso social y un conjunto de cajas. En tanto también que ayudemos a que se manifiesten en la realidad de nuestra Patria mejor de lo que entre todos lo hemos logrado hasta ahora.

Pero... como ya sabemos, con lo que contamos no nos alcanza. Y está bien que sea así. Siempre más allá de lo que nos gustaría, ¿te imaginás que la gente le diera bola a alguien simplemente porque el tipo está convencido que tiene la justa?

Para saber lo que se necesita, sirve tener claro lo que no es imprescindible. Muchos locales y afiliados, por ejemplo. Me parece muy lúcido cuando recordás que en Capital el Frepaso ganó sin tenerlos, y que hoy dicen las encuestas que Carrió ganará sin ellos. Estoy de acuerdo con vos: el liderazgo social precede al liderazgo político. Para construir ese tipo de liderazgo – perdoná que repita lo evidente – se requieren dos cosas:

• lo que vos decís o tu imagen tiene que llegar a muchos tipos.
• lo que vos decís o tu imagen encaje con lo que esos tipos quieran o necesiten.

Para conseguir lo primero, si no vivís en una comunidad pequeña, hay que estar en los medios. Como hice en un mail anterior, los clasifico por orden de impacto social: 1) la TV abierta; 2) Clarín; 3) La Nación; 4) Todos los demás diarios; 5) Internet; 6) la TV por cable y las revistas. Y para lograr aparecer en ellos también hacen falta dos cosas:

• un laburo continuo y paciente, con algunos recursos.
• un mensaje que interese al público de ese medio y que a la vez encaje con su política editorial.

Fijate lo que aparece en las dos instancias como componente esencial: que lo que uno dice tenga que ver con la lógica del medio que usa y con lo que quieren los tipos a los que se dirige.

Lo que vos esbozás como discurso para la gente común: Críticas a lo que no se hace y propuestas para lo que debe hacerse, Trabajo, Seguridad, Futuro… yo lo suscribo con las dos manos. Pero… hay que darlo desde el poder o de su perspectiva cierta.

El discurso ideológico es para las minorías (aunque sea “nac&pop”). La denuncia y la confrontación sirven para llegar a los sectores medios politizados de la sociedad… y a los medios, que los reflejan. Al pueblo – y, sin ironía, el peronismo muestra en esto que es profundamente popular – le interesan las cosas concretas, y sigue al que le convenza que tiene posibilidades de concretarlas.

¿Estoy dibujando un encierro en la impotencia para el que no esté bendecido por el dedo de un jefe de gabinete? No lo veo así. Creo que la cosa pasa por tener una idea de etapas y de construcción de poder. Asumamos que por ahora vamos a tener un mensaje para minorías: el ideológico.

 

A los “cuadros” del peronismo – está demostrado – les interesa profundamente, y, tal vez, en el largo plazo, es el plano decisivo. Al mismo tiempo, pocos son los que se definen como intelectuales. Casi todos preferimos como elección vital la acción. Por eso mismo creo que podemos iniciar un debate ideológico abierto que incorpore a muchos amigos con algo que aportar, sin encerrarlo en un esquema rígido de una ortodoxia de la que estemos convencidos. Mantengamos la capacidad de moderar discretamente las agresiones que no nos sirvan y los delirios. Y ofrezcamos la potencialidad del accionar político concreto, que para los peronistas es el elemento fundamental.

¿Cómo? A todos nosotros ya se nos conoce entre los políticos del peronismo. Alguno tiene una tarea actual como dirigente en la Capital. Y, vuelvo a recordarles, el PJ porteño está destruido. Podemos razonablemente aspirar a contribuir a la construcción de una corriente interna, con un contenido de ideas que hemos descuidado en el pasado, no sólo en los ‘90.

Esto es una necesidad de todo el peronismo, y es irónico que desde la Capital Federal estemos en mejores condiciones para hacer el aporte, porque aquí los viejos aparatos con sus ortodoxias de receta han sido destruidos. Es aquí donde tenemos que discutir si el peronismo es una variante local de las corrientes socialdemócratas vigentes en los países europeos o tiene propuestas y tareas diferentes, sin encerrarnos en un rechazo cerrado y macartista de sus pensamientos y experiencias. Es aquí donde debemos analizar porqué las políticas de Menem fueron aceptadas y asumidas por el peronismo sin demasiada resistencia, aunque – reconozcamos – hasta el ’89 nosotros mismos lo habríamos creído imposible.

Es muy importante que hagamos esta discusión porque – con muy pocas excepciones – no se está haciendo, ni dentro ni fuera del peronismo. Y en el espacio mediático de la llamada “centro derecha” se leen hoy más boludeces que en “Página 12”, lo que es decir mucho. Tenemos que reconocerlo, las peores – “si no pagamos la deuda nos caemos del mundo, política exterior es sacarse una foto con Bush” – las plantean compañeros y amigos que no han elaborado su duelo personal con la experiencia Menem. Son muchos, y ya están irreversiblemente – salvo ofrecimiento de cargos, claro – embarcados en propuestas políticas de centro derecha.

Igualmente, la realidad política no es una construcción intelectual. Ya discutimos escenarios en charlas anteriores. Hoy el que se está dibujando en la sociedad para el 2005 es, por un lado, (en la Argentina de las grandes urbes, claro) un frente del PJ y la izquierda mansita, un centro izquierda muy light – como que incluye a Duhalde, de la Sota, Romero y Puertas – liderado a regañadientes por el Presidente (ni ellos ni él tienen otra opción) enfrentado a un centro derecha confuso (sus figuras son LM, Macri, Patricia y Sobisch!) y su emergente más interesante es Blumberg. Talla la Carrió, pero como Sabbatella por ejemplo, hoy son alternativas locales para el centro izquierdo no peronista que no alcanzan a ser opción en lo nacional. La oposición puede llegar a ser articulada por un ligero toque gorila, ayudada por el fastidio con un peronismo oficialista sin respuestas nuevas. Es en este escenario donde deberemos movernos, tratando con firmeza y humildad, que el peronismo como pensamiento nacional… exista.

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